Florentino reaparece esta semana. No ha dicho esta boca es mía desde que el pasado mes de noviembre dio el pistoletazo de salida a su regreso cunado se hizo la foto en Marruecos con Zidane y Ronaldo. Aquella foto desquició a Ramón Calderón y desde entonces empezó el vía crucis del presidente que nunca debió de ser presidente del Real Madrid. A Florentino no le ha hecho falta hacer ninguna declaración para que desde los medios se haya ido desgranando su proyecto, en una campaña de marketing y publicidad inédita y hasta inaudita que de haberla tenido que pagar se habría tenido que gastar bastantes millones de euros. Pero no le ha hecho mover un dedo para que todos los medios hayan vendido su producto sin él tener ni siquiera que haber hecho ni una comparecencia pública.

El jueves se sentará ante una sala abarrotada de periodistas para decir que se presenta a las elecciones. Se ha dado por hecho hace meses, pero el nunca lo ha dicho públicamente. El jueves dirá que se presenta. Y luego explicará por qué se fue del Real Madrid. Florentino dirá que se marchó porque pensaba que había dejado todo preparado para que el club funcionara a la perfección siguiendo la política de gestión que él había implantado. Evidentemente se equivocó porque desde que se fue, el Madrid fue empeorando su imagen, primero con Fernando Martín, luego con unas elecciones ilegales que pusieron a un presidente ilegítimo (de hecho Calderón acaba de ser imputado por la trama que montó para conseguir anular el voto por correo, su única posibilidad para ser presidente) y después con la salida por la puerta de atrás, perseguido por los escándalos, de ese presidente al que apoyaron prácticamente todos los medios de comunicación y ahora le consideran un apestado.

Florentino Pérez no contará nada de su proyecto deportivo en su vuelta al ruedo del próximo jueves. Se limitará a decir que se presenta y a explicar por qué se fue y no se descarta que pida disculpas por haberse ido a la mitad de una temporada. Y entre el 22 y el 25 de mayo realizará la presentación de su candidatura y será entonces cuando empiece a contar sus promesas electorales y las líneas maestras de su nuevo proyecto.

El presidente de ACS reconoce que en su anterior etapa en la presidencia del Real Madrid llegó a deslumbrarse por el cargo y cometió errores que espera no repetir en su nueva andadura. “La presidencia del Real Madrid te puede hacer perder la cabeza”, ha comentado en privado durante los últimos meses mientras analizaba los pros y los contras de su regreso. Florentino considera que sus sucesores se vieron deslumbrados por el cargo, perdieron la brújula y provocaron que el Real Madrid perdiese el rumbo.

Pese al caos institucional que le espera en el club, Florentino es consciente que, pese a las irregularidades y los escándalos de la etapa de Ramón Calderón, el Real Madrid ganó dos Ligas en ese convulso periodo. Necesitará tiempo para que funcione su nuevo proyecto, pero es consciente que está obligado a ganar títulos desde la primera temporada porque surgirán las comparaciones con su predecesor en el plano deportivo. A no ser que desde el primer momento solicite paciencia para su nuevo proyecto. Pero es harto complicado que lo haga porque en el fútbol español no hay paciencia y en el Real Madrid menos. Pero ahí precisamente está el problema del Real Madrid, en que sin paciencia y con urgencias, sin proyecto y trabajando en el corto plazo, no conseguirá la regeneración institucional y, por consiguiente, deportiva que necesita el mejor club del siglo XX.