Nuestra Liga es mediocre. Que el primer clasificado saque 25 puntos al tercero y el segundo le saque 18 cuando restan cuatro jornadas provocan esta sentencia. El Barcelona es el equipo que mejor fútbol realiza en el mundo, hace pequeños a todos sus rivales, pero en nuestro país nadie le ha plantado cara. El Real Madrid ha aguantado con entereza el pulso hasta que el Barça le retrató con el 2-6, que evidencia que hasta el segundo clasificado no puede competir con el intratable líder.

Barcelona y Real Madrid siempre han manejado las ligas. Si alguno fallaba, ahí estaba el Atlético de Madrid, en los últimos años reapareció el Valencia, también ganó el Deportivo, y lejos quedan ya las Ligas de Athletic de Bilbao y Real Sociedad. Pero el dominio que tienen esta temporada demuestra que la distancia entre los dos grandes con el resto es abismal. Igual que la del primero con el segundo en lo que se refiere a la forma de jugar.

Por arriba la Liga se ha quedado sin aliciente respecto al próximo campeón y sólo los equipos que se clasificarán para la Liga de Campeones. Conjuntos tan irregulares como Atlético y Valencia, así como el Sevilla disputan esas plaza con el Villarreal y el Deportivo y el Málaga sigue en la pelea. De estos seis equipos, porque parece difícil que el Mallorca se enganche en las cuatro jornadas que quedan (¡qué merito tiene lo de Manzano!), dos se quedarán con el premio gordo de la Champions, dos con la pedrea de la UEFA y dos con las ganas.

Y luego el drama del descenso será lo que monopolice la atención las últimas jornadas. A estas alturas de temporada siempre suele haber algún equipo descendido matemáticamente. Pero esta campaña todos tienen opciones de salvarse. Defenestrados parecían Numancia y Espanyol y los sorianos aún pelean y los pericos están completando la huida. Recreativo, Getafe, Osasuna, Betis , Sporting y hasta Racing de Santander pueden también perder la categoría. Valladolid y Athletic aún corren riesgo matemático, pero son esos siete equipos los que aún pueden descender a Segunda, demasiados conjuntos metidos en la pomada a falta de cuatro jornadas, otro síntoma de la mediocridad de nuestra Liga, que alguno puede ver como que existe mayor competitividad y lucha, pero sería en el desacierto y en la irregularidad de estos conjuntos.

El Barcelona se ha paseado por la Liga y el Real Madrid ha firmado un registro fabuloso de victorias. Pero el Barça ha sido superior a la mayoría de sus rivales, dejándoles casi siempre en evidencia. Y el Madrid ha dado la sensación de poder perder contra la mayoría de los equipos, incluidos lo siete que se juegan el descenso, aunque haya sacado sus partidos adelante.
¿Por qué nuestra Liga es tan mediocre y hay tantas diferencias entre el Barcelona y el resto? Principalmente porque no se negocian los derechos de manera colectiva, todos a una, y eso crea una desigualdad que se traslada la clasificación de la Liga BBVA. Deberían negociar todos a una esos derechos. Pero ni Barcelona ni Real Madrid quieren. Entonces se antoja complicado que se destierre la mediocridad y vuelva la Liga de las Estrellas.