Cabezas del Imperio (por Antonio Sanz)
el rincón de judas. artículo publicado en público
Por Antonio Sanz
Se han convertido en la dependencia pública de las instituciones centenarias donde prestan servicio. Se han instalado en lo alto de la colina donde concluye la escalada, portando sin descrédito el escudo. De diferente pelaje y desde distinto camino, Guardiola y Mourinho se interpretan como los referentes del clásico. Con seria distancia en los procederes, las cuentas pendientes que dejó el Barça-Inter comenzarán a saldarse en el mismo escenario. Con excesivo espacio en sus pensamientos, sólo les une dominar la situación.
Guardiola era un jugador estrella. De niño ya era la extensión del entrenador, dirigiendo la acción sin sentarse en el banquillo. Años después, atosigaba a preguntas a los compañeros de otros equipos, cuando coincidían en la Selección, sobre los métodos de entrenamiento que implantaban sus técnicos. Sin pedigrí como ‘mister’, logró una cascada de trofeos. Hoy mantiene la misma distancia que con la anterior presidencia porque huye del despacho. Un día lo pretendió -fue la mano derecha de Bassat en las elecciones que ganó Laporta- porque objetivaba encabezar un proyecto por ser ejemplo de liderazgo. Por eso, Rosell tendió un puente hacia la persona con el nombramiento de Zubizarreta. Conocedor del talante esquivo del técnico con el poder, nadie mejor que aquel capitán que tanta admiración estableció en el canterano. Con el convencimiento de renovar anualmente, será ejemplo de gobierno hasta que cambie el compromiso con sus jugadores, su único contrato de unión.
Mourinho se licenció en educación física debido a sus pobres condiciones técnicas para ganarse la vida en la élite del fútbol. Quizá, esa falta de vivencia como jugador es la que aflora ahora para el ritual curso paralelo de espectáculo que monta como entrenador. Con un baúl repleto de títulos, alcanza el Madrid con plenos poderes para fichar y reordenar. Con hilo directo con Florentino, le solicitó, hasta conseguirlo, la presencia de Zidane como enlace. No le servían, ni le sirven, Valdano y Pardeza. Líder natural desde la infancia, ha cambiado el paso de la entidad gracias a una extensiva delegación laboral. Con el imperio partido, será la cabeza más aguda quien venza en esta carrera de exceso de autoestima.
Escrito por Matallanas | 5:16 p. m. | Enlace permanente