Día del niño en el Calderón. Una entrada que rozaba el lleno. Y la tienda oficial del club cerrada "por inventario", según rezaba un cartel en su puerta. Es incomprensible que la tienda oficial del Atlético esté cerrada en un día de partido. Ayer, el Atlético recibía al Celta y no abrió su tienda. Los aficionados que iban predipuestos a consumir productos rojiblancos se quedaron con las ganas y no daban crédito cuando iban tan campantes a la tienda y se la encontraban cerrada. ¿Cómo es posible que la tienda oficial del Atlético esté cerrada un día de partido? Misterios colchoneros.

EL FUTURO DEL ATLÉTICO PASA POR UNOS NUEVOS DUEÑOS
Son muchas también las interrogantes que rodean al Atlético de Madrid en el plano deportivo. Su derrota ante el Celta, con un penalti inexistente en contra y dos posibles a favor no señaldos por el señor Lizondo Cortés, le vuelve a alejar de los puestos UEFA y parece que su objetivo se centrará ahora en disputarse con el Getafe la segunda plaza de los equipos de Madrid. El arbitraje no fue bueno para los intereses del Atlético, pero la victoria del Celta no fue injusta y los de Pepe Murcia se han desinflado tras su formidable ascensión en la segunda vuelta.
No clasificarse para disputar una competición europea supondría un nuevo fracaso, otra temporada tirada al cubo de la basura y ya no se puede mirar al banquillo (Pepeo Murcia ha sacado rendimiento a la plantilla, pero su continuidad no está en los planes de los dirigentes) ni a la dirección deportiva (Toni comprometió su continuidad a la clasificación para la UEFA como mínimo), la culpa del enésimo proyecto fracasado es de los dueños del Atlético. Sólo su salida, la puesta a la venta del club, y la entrada de unos nuevos gestores del 'Sentimiento Atlético' devolvería la ilusión a una afición que está harta de los arbitrajes y de los dueños del club. No se van a querer ir. Es lógico, querrán aguantar a la venta del Calderón, a la nueva Ciudad Deportiva... Lo han intentado todo, pero, con ellos al frente, el Atlético pierde cada año más prestigio. No se van a querer ir, pero la afición del Atlético se lo va a pedir cada vez con más fuerza tras una década de desencantos continuados. Es cierto que el Atlético está siendo maltratado por los arbitrajes, pero lo que se percibía ayer en el Calderón iba más allá de un víctimismo, justificado o no, agudizado en las últimas temporadas... Flotaba en el ambiente la necesidad de un cambio.