FIRMA INVITADA. Alfredo Duro
CAPELLO Y EL APOCALIPSIS
Por Alfredo Duro
Vaya por delante una demostración de sinceridad que, en modo alguno me emociona: “el fútbol actual del Real Madrid ... no me pone”. Reconozco que durante algunos segundos he estado incluso tentado de subrayar la palabra actual y evitar de esa manera que se confundan los términos y se le dé a la frase un contenido genérico que ni mucho menos encierra. En realidad lo que intento es algo tan simple como alejarme de esa inacabable galería de ilustres personajes a los que, de repente, les ha dado por irse a la cama con el traje de purista a cuestas y no quitárselo ni para ir a la ducha.
Resulta de una obviedad indiscutible que el Real Madrid de Capello está a años luz de cumplir con las exigencias del fútbol que quiere y necesita el madridismo. Tan obvio como que ese mismo madridismo ha agotado durante los últimos años su capacidad de comprensión ante tamaña demostración de tontería, nadería y babosería futbolística que culminó con ovación cerrada al famoso gol de Ronaldinho en el Bernabeú.
La única conclusión medianamente objetiva que se me ocurre es que en el Real Madrid no se debe repasar mucho últimamente la obra de Aristóteles, que en su “Etica a Nicómaco” se afana en explicar aquello de que “sólo en el justo medio está la virtud”. Esta política de extremos en el modelo futbolístico generaría en el entorno del club una saludable discusión si no fuera porque de manera unánime ya se le ha otorgado a Capello y “su Madrid” el apellido de antifútbol con el adorno de todo tipo de conclusiones apocalíticas.
Esta visión catastrofista del futuro blanco aparece como respuesta de un buen número de representantes del mas florido “lameculismo” que durante los últimos años han campado a sus anchas. No se han conformado con asistir cobardemente al intento de aniquilación de valores tan ancestrales como sagrados. Ahora, además, aparecen algunos para reivindicar aquello que todos compartimos y que a nadie pertenece ….el gusto por el buen fútbol.
La llegada de Ramón Calderón, Capello, Mijatovic y compañía, está avalada por el respaldo social en las últimas elecciones. Les diría a los que no quieren escuchar que las elecciones acabaron y que su tiempo ya pasó. Vaticinar en agosto el grado de emoción ó aburrimiento que nos espera con el Madrid me resulta tan osado como ventajista. Espero el debut europeo de Capello y los suyos contra el Olympique de Lyon como un primer termómetro válido para juzgar al equipo de manera creíble. Mientras tanto no me importa pedirle al mismo Capello que se olvide de los “caracúlicos” y que respete al Bernabeú, incluso a los que no silban.
Cassano “El magro”
Lo ha dicho Cannavaro y nos hemos reído todos. Ahora resulta que Cassano está como una sílfide y con ganas de demostrar lo buen jugador que es. Cassano es un superclase y no nos habíamos enterado. Supongo que nuestro problema fue no tomarnos en serio a un tío que llega al Real Madrid y que en la foto de su presentación se iguala a los que gastamos la cómoda XL (extensible a XXL en según que fibra). Pues muy divertido todo pero a mí no me la pega. No me creo que Cassano represente ese talento que ahora todos echan en faltan. Son los mismos que le daban portadas y micrófonos cuando, a los diez minutos de llegar al Real Madrid, vió cómo caía un balón sobre el área, le hizo falta al portero y marcó sin oponentes a diez centímetros de la línea de gol. Ocurrió en el Ruiz de Lopera. Patético.
La libreta de Pitina
Asisto atónito a la imagen que nos ofrecen las televisiones durante el último sorteo de la Liga de Campeones. Se hace referencia a la representación del Real Madrid y aparecen en pantalla Mijatovic y el gran Jose Luis López Serrano. Traducido a cargos, Director Deportivo y Responsable de Relaciones Internacionales. Vamos, lo lógico y natural en cualquier entidad seria. Qué lejos aquellos tiempos en los que, la misma referencia televisiva, nos dejaba ver a presidente, director deportivo y…la entrañable mujer del presidente tomando nota en su libreta de los rivales que iban cayendo.
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 10:26 a. m. | Enlace permanente