Aflonso Azuara en Don Balón
Por Alfonso Azuara
Se dice humorísticamente que el proceso judicial es una máquina en la que se entra como cerdo y se sale convertido en salchicha. A partir del próximo 29 de enero, día del juicio del voto por correo en el Real Madrid, sabremos si la salchicha de la marca Calderón se metamorfosea en salchichón Palacios/Tapias o butifarra Villar Mir. A Baldasano no le gusta el chorizo.
Esta introducción de metáforas chacineras no empece para que llamemos a las cosas por su nombre y por ello afirme que el mayor responsable de la actual “merdé” del Real Madrid se llama José Ramón Calderón Ramos.
Este picapleitos demandó al Real Madrid como candidato. Resultó demandado al proclamarse presidente (provisional y “okupa”) del club, pero es tan embustero que negará ambas evidencias hasta que le tomen juramento. Tiene madera para protagonizar “Mentiroso Compulsivo II”. Utilizó a socios bien pensantes del Real Madrid para sus torticeros fines de judicializar el proceso electoral. Despidió al abogado del club para colocar nepóticamente a su hermano e hija y ha contratado para defender al Real Madrid al hijo de un imputado en el caso de “la carta de los Albertos”.
Se abre de capote –lo de Trapote en otro momento- y utiliza a un folclórico leguleyo para “carrasquear” y pintar la mona en Concha Espina so pretexto que fue un “genio y motor” de su chiringuito electoral. A pesar de tantas togas remuneradas (en la asamblea se negó a revelar los estipendios de los letrados y las comisiones de los iletrados), echó del club a un trabajador a quien, en el voto por correo, sólo le faltó responsabilizarle de la muerte de Manolete. La juez reprendió el arbitrario proceder calderoniano y reparó la injusticia cometida, en nombre del mejor club del siglo XX, por el peor presidente de todos los siglos...
Mientras a Villar Mir le representa un buen abogado, de Calderón solo podría decirse lo mismo si cupiese aplicarle lo de “el mejor abogado es una buena causa”.
Un presidente, provisional y “okupa”, que tomó posesión del cargo con su socio taurino encarcelado y que manipuló publicitariamente un correo electrónico privado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid para decir, con el dinero de todos los socios madridistas, que “no ha habido ni habrá ningún recuento de las sacas de votos”. Donde la jefa de prensa del antedicho Tribunal obligo a rectificar debió hablar la Policía Judicial. Todo llegará.
Si la juez Milagros Aparicio desestimara la demanda y ordenara el recuento del voto por correo (se supone que será lo que solicite el fiscal Esquivia, con Hermosilla de “don Tancredo”) no solo sería una sentencia que libraría al Real Madrid del presidente más nefando de su historia, sino un milagroso prodigio derivado del evocador nombre de la magistrada a quien Dios ayude en la lidia de esta “mansada” que le ha caído en suerte.
Mientras llega su hora “el okupa” se fabricó pancartas de autobombo el mismo día que un recien ascendido como el “Recre” le metió tres goles que pudieron ser seis. El público abandonó el estadio y miró al palco pasando vergüenza ajena por quien no tiene propia. Cien millones de euros pasan, en horas veinticuatro, de las musas al teatro, oséase del Bernabéu al “anonimato”. No vino Kaká pero si Gago (el gagueo en la buchaca), no llegó Cesc pero si Marcelino (con pan y vino otra comisión en el camino) y tampoco Robben pero apareció Higuaín (con hache de hurtadineros versión argentina) para probar el enorme desprecio que sienten por la cantera propia y aprecio de la cartera ¿ajena?. ¿No se quedaría corto Galliani cuando dijo que algunos se comportaban como bandidos? ¿Acaso Luis Candelas y José María “El Tempranillo” hubiesen desmerecido en la presidencia de un club de fútbol o permitido lucir en su camiseta una publicidad de empresa quebrada?
Mientras los ex presidentes del club son más ricos cada día, el Real Madrid con el presidente “okupa” que ellos amamantaron será más ruina. Quizás uno y otros son tan iguales y tan pobres que solo tienen dinero... y pisos de protección oficial .
Escrito por Matallanas | 1:02 a. m. | Enlace permanente