EL RINCÓN DE JUDAS. Por Antonio Sanz
EL CUENTO DE CONCHA ESPINA
Por Antonio Sanz
Érase una vez un Real Madrid que acumulaba dos derrotas consecutivas en la Liga. Nada grave. Nada grave porque entre una y otra habían transcurrido dieciocho días. Es decir, entre una y otra habían transcurrido las fiestas navideñas, el cambio de año y hasta habían llegado a nuestros hogares los regalos de los Reyes Magos. Además, entre una y otra nos habían presentado a tres nuevos inquilinos para la Casa Blanca: Marcelo, Higuaín y Gago. Y entre una y otra, la clasificación te mostraba que el Real Madrid se ha situado a cinco puntos del líder Sevilla, pero con más de veinte partidos por delante todavía por disputar. Vamos, que por aquí no viene la gravedad del enfermo. Pero, ¿quién es quién convive con la enfermedad a cuestas? Posibles enfermos: Ramón Calderón, Mijatovic, Capello o la plantilla de profesionales, por citar los estamentos más reconocidos de la institución deportiva. Grave o leve, el miedo ha penetrado en el cuerpo del madridismo. Y ya se buscan medicinas para recuperarlos.
Ramón Calderón sobrevive en el alambre. Ramón vive ante un precipicio en el que él mismo se situó después de unas truculentas elecciones, donde todo era válido. Con la clásica canción infantil de “Vamos a contar mentiras” llegó al poder. Poder que le empieza a devorar.
Mijatovic gasta dinero. Primero, apostó por un entrenador sin fisuras, pero empiezan a recaer sobre su gestión demasiadas sombras con los fichajes. Parte del madridismo no entiende las prisas por firmar jugadores ni la cantidad de dinero que ya ha salido de las arcas de Concha Espina, como se critica con severidad el rendimiento de algunos de los jugadores ‘intocables’ de Capello. El diario AS habla hoy, página 8 en su edición de Madrid, de 100 millones de euros -16.638 millones de las desaparecidas pesetas- , la cantidad desembolsada por Ramón Calderón desde su llegada a la presidencia en ocho jugadores. Excepto Reyes, que costó cero euros porque fue cambiado a pelo por Julio Baptista en una operación con el Arsenal, por cuatro de ellos se han pagado entre julio y agosto 64 millones de euros -10.648 ‘kilos de pelas’- (Diarra -26 millones de euros-; Emerson -16-; Van Nistelrooy -15-; y Cannavaro -7-). En sólo unos días navideños, Mijatovic le ha pedido a Calderón que gaste 36 millones de euros más -casi 6.000 millones de pesetas- para contratar a Marcelo -6-; Higuaín -12- y Gago -18-. En seis meses, todo un despilfarro. ¿Y la cantera? bien gracias: buscando salida a varios de sus integrantes.
Fabio Capello se incorporó en su segunda aventura blanca tras romper el contrato con la Juventus. El escándalo vivido en Turín por la compra de partidos en el Calcio permitió salir al técnico campeón –desposeído de ese título y del anterior al considerar la justicia italiana tramposa a la sociedad deportiva que él entrenaba- sin mayores dificultades. Algo, que en el seno de muchos clubes importantes de su país, sentó francamente mal. Mijatovic pensó en Capello por la urgencia de resultados y por su enérgica disciplina para controlar un vestuario históricamente complicado. Nunca he entendido cuándo es complicado el vestuario cuando se pierde y no lo es cuando llegan los títulos. Pero, al margen de este asunto, enumero las proezas de Capello, para los ausentes de memoria, al frente del Real Madrid en esta temporada: anuncia que le genera dudas Casillas en la portería; no cuenta con Míchel Salgado, a quién termina poniendo por las lesiones de otros compañeros; Sergio Ramos es un comodín, pero sin zurda; permite que quiten a Iván Helguera su dorsal ‘6’ porque no cuenta con él y hoy es intocable e insustituible; Cannavaro está abrumado con los trofeos tras un mes glorioso y ahora admite el técnico que “no le sale nada”; Marcelo llega como alternativa a Roberto Carlos y le hace debutar en el minuto 58 en un partido incontrolado; Diarra le critica en público –pillado por la tele- y es castigado con el banquillo; Emerson sobrevive en el campo como veterano americano en Vietnam, pero divorciado de su pareja con la que funcionaba sobre el terreno de juego; Ronaldo recibe charlas de motivación, le hace perder peso y terminar alineándole con una conjuntivitis de cabello con Higuaín, el nuevo, en la grada; Robinho cambia la cara al equipo y, supuestamente, unas salidas nocturnas le mandan al palco de Riazor; Beckham ha terminado jugando ante el Recreativo como único distribuidor de juego; Raúl ha pisado todas las zonas del campo, excepto dónde más daño hace: cerca de la portería. Incluso llegó a marcar a Dani Alves en el Pizjuán; Guti comienza la temporada entre la banda y el banquillo hasta que Fabio descubre que donde verdaderamente hace daño es manejando el juego del equipo; Gago arranca desde el principio su aventura, pero es despedido a la hora del partido; Raúl Bravo, Mejía y Pavón, ¡viva la cantera, Fabio! pocas oportunidades y en la mayoría de las veces, a los leones;… y Cassano… por contar la última: no se entiende cómo forma parte del banquillo en Riazor cuando ni tan siquiera le dejó participar en alguno de los entrenamientos previos al partido del Deportivo. ¡Ah!, y sigue solicitando un defensa central. Vamos, a gastar más.
Y de los jugadores. Se dice que a la mayoría les falta compromiso con el escudo. Con el ejemplo que habita por encima de ellos, cualquier cosa puede ocurrir. Lástima que Raúl esté tirando infructuosamente, y desde el principio del carro, pero de un carro con una rueda pinchada. Lo mejor para el Real Madrid es que está vivo en las tres competiciones. Por eso, sólo ellos –dirigentes y deportistas- son los únicos con capacidad para mandar otro año a la basura. Están en el camino de rectificar, pero también de volver a caer con todo el equipo.
EL JUGADOR INSOLIDARIO
Problema gordo para Aguirre con Maniche. El portugués está a un paso de ser despedido, pero cómo pasa en esos casos por el poder de la inversión, se esperará al mes de junio. Maniche es un buen jugador, pero no es un fenómeno. Es un centrocampista con llegada al área, con buen disparo exterior, con cierto gol para su posición, pero que ha triunfado en Portugal protegido por el oficio de Costinha y la estrella de Deco. Un jugador que fracasó en Londres, que pasó de puntillas por Moscú, pero por el que se peleó en el Atleti para completar la nómina de mediocampistas. Ni Maniche está integrado en el Atleti, ni el Atleti ha entrado en Maniche. Lástima que la apuesta de Toni, el checo Rodsicky, acabara jugando en Londres.
LAS VACACIONES INSOLIDARIAS
He leído muchas críticas a los jugadores que han llegado tarde a los entrenamientos tras las vacaciones. Entiendo que cada caso habría que estudiarlo y comentarlo de manera individual porque dentro del rol del equipo no todos desempeñan el mismo valor. Lo que sí es moneda común -generalmente- es que son las estrellas de los equipos quienes retrasan su incorporación. Desde mi punto de vista, sólo el entrenador es quien debe levantar la voz ante el futbolista. Porque es el entrenador quien conoce mejor que nadie la capacidad de entrega, sacrificio y compromiso que merecen los jugadores que retrasan el comienzo del año. Por cierto, a Rijkaard no le he oído hablar de este asunto.
Navidad en bermudas
Me reincorporo después de mis vacaciones navideñas. Dentro de mi visita al cono sur, me quedo con lo asombroso de pasar una Navidad en pantalón corto. No sé si muchos de vosotros habéis vivido esa experiencia. Pero es, cuando menos, sorprendente para los que hemos vivido siempre estas fechas con bufanda, abrigo y guantes. Feliz 2007.
Escrito por Antonio Sanz | 7:47 p. m. | Enlace permanente