mata-dor (marca, 4 de julio de 2007)

Ahora que el Atlético ha fichado a Diego Forlán se le recuerda a don Enrique Cerezo en las entrevistas que el club rojiblanco tuvo en la mano al uruguayo antes de que lo fichara el Villarreal. El presidente del Atlético lo reconoce y alega que no se fichó a Forlán porque no quisieron los técnicos. Y la historia no fue así. El Atlético podía fichar a Forlán por un millón y medio de euros (el Villarreal lo contrató finalmente por un millón ochocientos mil), la operación se le encareció al equipo rojiblanco en un millón de euros por la aparición de un intermediario. Aún así, Toni Muñoz, entonces director deportivo del Atlético, dijo que había que ficharle. Por tanto, los informes de los técnicos sí pedían ese fichaje, don Enrique. Vuelva a preguntarle a Toni, don Enrique…

Tres temporadas después, el Atlético ha pagado 20 millones de euros más por el mismo futbolista, que ha triunfado en el Villarreal, cierto, pero el desfase del precio es un nuevo error de bulto de los dirigentes del Atlético de Madrid. Se podía contar también el caso de Robinho. O recordar la incoherencia de Gil Marín de cortar radicalmente las relaciones con Daniel Bolotnikoff, agente de Forlán y de Riquelme, por la falta de acuerdo en el intento de fichaje de Román cuando fichó Bianchi. El agente de Forlán y Riquelme estaba vetado y ahora le han puesto en casa con el fichaje del uruguayo y, si convencen a Aguirre para que cambie el sistema, con la llegada de Riquelme. Lo del Atlético de Madrid los últimos años es para hacer otro libro. Y no hablaría del Sentimiento Atlético de sus dirigentes…