El señor de la peineta (Por Alfredo Duro)
¿os suena?
Por Alfredo Duro
Me niego a admitir que el fútbol español sea un reflejo de la imagen de su seleccionador. No comparto esa falsa teoría que quiere convencernos que, nuestro fútbol, está exento de jugadores con clase y talento. Tampoco creo que la clasificación para una Eurocopa o una fase final de un Campeonato del Mundo sea lo único importante y, por tanto, la justificación última de todos los disparates y bodrios con los que la selección española y Luis Aragonés nos torturan. Pero sobre todo, me resulta cómico el “talante constructivo” con el que la guardia personal del seleccionador se empeña en digerir la sucesión de tonterías y chalanadas que se han convertido en habituales de las concentraciones de “la roja”. “Las cosas de Luis, ya sabemos como es el sabio”. ¡Joder con el sabio! Qué tostón de tío y qué coñazo de selección. ¿Hasta cuando?
Pues eso. Hasta que tengamos la suerte, que será cualquier día de éstos, de que el viento, la condición física de base, el dominio del contrario del pase largo y el rechaze, los problemas de la segunda jugada, el abuso del pelotazo, el arbitraje, el pésimo estado del campo, los despistes de los delanteros en la marca, no saber francés, las connotaciones, los pelos de una gamba, el negro ése, los lobos y los gamos, aprender a competir y tal, se pongan series de verdad y, por lo civil o por lo criminal, nos impidan clasificarnos para eso tan importante llamado “Eurocopa” o “Mundial”.
Entonces, sólo entonces, podrán entender algunos la obligación que todos tenemos de alejar el debate de la patética metáfora en la que ha acabado convirtiéndose Luis, admirable y chispeante “señor de la peineta”, y dirigirlo hacia una profunda y rigurosa revisión de las estructuras de nuestro fútbol. Estructura rancia y casposa que ha acabado convirtiendo en insoportable rutina la llamada de nuestros internacionales. Un modelo de otra época que es incapaz de modernizarse en la gestión de grupos y en dinamizar la vida diaria y el rendimiento que deben ofrecer atletas de élite sobre los que recae el mayor volumen de responsabilidad del deporte español.
Ese es el verdadero compromiso de una selección que se desangra sin sentido en luchas tribales de Luis contra todos y contra sí mismo. Por eso daría por bueno el sacrificio de una clasificación. Porque ya estoy hasta las narices de la segunda parte del cuento, que no es otra que caer en cuartos, sino mucho antes, mientras nos perdemos en discusiones sobre la importancia de Raúl en la selección y cosas por el estilo. Para evitar que tiremos a la basura otros dos años de ventaja que sumar a los que ya nos sacan en el “primer mundo” futbolístico. Para que, de una “p… vez”, nos enteremos de las diferencias entre un corte de mangas y una peineta. ¡Toma Eurocopa!
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 8:37 p. m. | Enlace permanente