Las declaraciones de Bernd Schuster ayer son prepotentes y preocupantes para los madridistas. O no. Quizá sean tranquilizadoras e ilusionantes. El Real Madrid es líder, sólo ha perdido un partido oficial, ante el Espanyol, esta temporada, pero no está jugando bien y da una sensación de fragilidad y vulnerabilidad ante cualquier rival. Pero para el técnico alemán no hay que preocuparse porque su equipo lo hace a propósito. Dice que juegan como encara Roger Federer un partido de tenis, que le dan vidilla a los rivales y luego meten la quinta marcha y les machacan. Pues nada. Si tu lo dices, Bernardo, será así.

"Yo estoy muy contento porque jugamos como un equipo grande. Jugamos con los rivales y cuando hace falta meter quinta marcha lo hacemos y ganamos los partidos. Veo a Federer y hace lo mismo. Juega con el contrario. Un 6-4, tie break y luego mete un 6-1. Nosotros hacemos lo mismo, vamos 0-1 o 1-1 y toma, de repente 4-2, 3-1, 0-5. No se puede pedir más". Palabra de Schuster (con su puntito de ironía, pero no deja de sonar prepotente). De la búsqueda de la excelencia y el buen fútbol con la que se justificó la llegada del alemán en sustitución de Fabio Capello, se ha pasado a un resultadismo chulesco por el que no se deben preocupar los aficionados madridistas. Cuando vean que el rival puede ganarlos, deben estar tranquilos, ya que, en cuanto les apetezca, van a apretar un pelín y van a ganar el partido. La Liga está hecha y la Décima Copa de Europa llegará. Porque ganan cuando quieren. Como el número uno del tenis mundial. Perfecto.

Además de su revelación sobre la suficiencia y superioridad del Real Madrid respecto al resto, Schuster aseguró que las críticas periodísticas le resbalan, que le dan igual, principalmente porque las realizan gente que, a su juicio, no sabe nada de fútbol. "Las críticas no me molestan porque están de moda. Nos encanta criticar todo. Me gustaría encontrar algún día un trabajo tan privilegiado de criticar a todo el mundo sin saber nada o sabiendo muy poco". Palabra de Schuster.