Siempre nos quedará Dinamarca (Por Alfredo Duro)
¿os suena?
Por Alfredo Duro
Se percibe en el ambiente una irrefrenable tentación en la guardia personal de Luis Aragonés, que está como loca por dar un paso al frente y salir al paso de las críticas que, por mucho que les cueste aceptar, han sido alimentadas por el mismo seleccionador. El cuerpo les pide venganza después de la histórica hazaña de ganar en Dinamarca y asegurar la clasificación para la fase final de la Eurocopa. Una clasificación que, dicho sea de paso, alcanzaremos como segundos de grupo por detrás de la potente selección de Suecia. Entre medias, el habitual y clásico exceso nacional nos lleva a hablar del mejor gol de la historia, la mejor selección de jugones de la historia, el mejor Raúl (por Tamudo) de la historia y el mejor futuro futbolístico de nuestra historia. Está bien. Llevamos así toda la vida y no veo motivos para cambiar nuestra pasión folclórica y simplona de las cosas.
Sí, ha sido un buen gol. Con 22 de los 27 pases en terreno de nadie y sin que ningún jugador contrario presionara como si le fuera la vida en ello pero, igualmente, un muy buen gol. Del segundo estamos hablando. Del que ahora queremos hacer la obra maestra suprema y definitiva de nuestro fútbol. Un gol con el que, lástima, ninguno de los que intervinieron consigue superar ese triste currículum que lucen algunos y en el que resulta imposible encontrar un mísero campeonato del mundo o una triste eurocopa. Pero un buen gol. Como lo fue el tercero, que nos permitió respirar tranquilos y evitar que los tres últimos minutos siguiéramos dependiendo del mismo de siempre, Casillas, que gracias a no intervenir en el mítico e inigualable segundo gol, estuvo fresco para multiplicarse y convencer a todos los daneses del globo que él, nuestro Casillas, es el mejor portero del mundo.
Porque también eso lo saben algunos de los más ultradefensores de Luis, que por mucho que Iniesta, Xavi, Cesc y Tamudo quieran, el hombre, por algo será, sigue siendo Casillas. Menos lobos por tanto a aquellos que por un simple y ventajista deseo de vendetta se creen ahora en el derecho de reivindicar la figura del seleccionador y levantar un muro de falso españolismo con aquellos que discutimos su capacidad para hacer de la selección el verdadero “equipo de todos”. Sí, hemos ganado a una selección mediocre y con escasísimos recursos. A la que además llevamos ganando toda la vida. ¿Y qué? Desde siempre, hemos sido capaces de encontrar un día la verdadera lámpara de Aladino y convertirnos nosotros (la selección) en el auténtico genio. Pero seguimos siendo España, y el día que de verdad nos hace falta, el genio está de resaca después de una noche de juerga y no hay Dios que lo despierte. Y por eso perdemos cuando de verdad hay que ganar.
Cualquier repaso a la trayectoria de la selección durante los últimos veinte años demuestra que, con Luis, no hemos superado ninguna barrera. Es cierto que eso no le hace peor que otros, pero ninguno de sus comportamientos ha servido para justificar aquello que, casualmente, los periodistas que él ahora denigra, entendían que Luis Aragonés representaba para presentarle como el mejor candidato posible al puesto de seleccionador. Sin él, las cosas no habría resultado peor. Sin él nos habríamos ahorrado episodios tan oscuros y vergonzosos como los sufridos con Reyes, Henry, Raúl, Fernando Torres, Belfast, Suecia y aquello de la dimisión que, por dinero, no llegó a presentar. Y sin él, por supuesto, habríamos ganado también a Dinamarca. Como siempre.
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 10:04 p. m. | Enlace permanente