artículo publicado en la razón el lunes 8 de octubre de 2007

Por Kiko Narváez

Se confirma que el grano que le salió a Fernando en forma de Hamilton a principio de temporada ha terminado siendo un gran forúnculo. Parecía que esta molesta protuberancia iba dejar al asturiano sin ver su tercer Mundial. No había manera de meter mano al forúnculo, pero en China tuvo ayer su primera grieta de la temporada y soñamos que en Brasil reviente del todo

Muchos os sorprenderéis de que hago aquí con casco y sin mis botas de tacos opinando sobre nuestro campeonísimo. Como bien decía el maestro Alfonso Azuara, de fútbol y medicina todo el mundo opina, aunque después de la aparición de Alonso, la Fórmula Uno también se ha incorporado a nuestra sobremesa y cañitas del mediodía. Y en las mayorías de estas tertulias de motar, repetimos los análisis del único que demuestra coherencia: Pedro de la Rosa. Para los millones de españolitos neófitos en el gran circo del motor, De la Rosa es lo que Nacho Vidal a un principiante del sexo. El catalán nos explica y enseña minuciosamente lo que ocurre en carrera. Llano, claro y con un poder de síntesis que se agradece. Todo lo contrario a lo que rodea a la persona del asturiano. Demasiadas contradicciones y oscuridad las de su entorno que nos dejan sin ver el fondo de su alma asturiana. Sólo hay que leer, escuchar y ver a su guardia pretoriana hablar de Fernando, para darte cuenta de todo o no enterarte. Desconozco claves, pero huelo demasiado resentimiento e interés en las diferentes y enfrentadas opiniones. Alguno porque no le da bola sistemáticamente, otros porque le alaban hasta por como se sube al coche, el caso es caso la confusión ha derivado en que entre los aficionados de a pie la división de opiniones se extienda. Algunos le metieron en Alahurín tras su pequeño fallo en la celebración del primer título y otros le atacan porque nunca le veremos hacer un monólogo en ‘El club de la comedia’.

Dios me libre de ponerme a estas alturas la toga para juzgar a Fernando, que lo mismo lo convocan con los ‘angelitos galácticos’ que lo hacen capitán del ‘Lucifer Team’. Mientras se ponen de acuerdo los líderes de opinión y hasta que no me demuestren lo contrario, yo me seguiré emocionando, disfrutando y sufriendo con Fernando, el único que obro el milagro de levantarme a unas horas desconocidas para mí. Ojalá siga con McLaren porque igual que no se pudo evitar el Centanariazo de Urugay en Maracaná o el más reciente de Rusia a España en Madrid en el Eurobasket, no podrán evitar que les dé en los morros en su propia casa.

P.D. Fernando, voy a probar si La Razón llega a tu poder. Tenía dos personajes a los que admiraba y deseaba conocer (Antonio Banderas y Alejandro Sanz). Que sepas que ya eres el tercero. La invitación está en lo alto de tu tejado.