El 'boxing day' autonómico (Por Antonio Sanz)
el rincón de judas (artículo publicado en público el domingo 30 de diciembre de 2007)
Por Antonio Sanz
Charles Dickens inmortalizó en 1843 la figura de Ebenezer Scrooge, un prestamista avaro y misántropo, en su genial ‘Cuento de Navidad’. Desde Inglaterra, nos recuerdan que viven estos días para compartir regalos y acudir al fútbol. Vamos que nos venden el ‘Boxing Day’ como ejemplo de unidad familiar y de diversión. En España no contamos, que conozcamos, con ningún Mister Scrooge del siglo XXI, pero sí con alguien que permite que nos cambien la Liga por unas pachangas autonómicas con más tinte político que mérito deportivo, salvo alguna honrosa excepción. Es decir, lo que para los británicos es unión y fiesta, para algunos es una fiesta de reivindicación y separatismo apoyada en el fútbol.
El ‘Boxing Day’ nació en Inglaterra como homenaje a los sirvientes que se deslomaban el día de Navidad en los hogares de sus señores. Se celebra horas después cuando la Iglesia ofrece cajas (boxes) de regalos a los menos favorecidos. Esta generosidad se extendió al fútbol y es tan popular que nadie se atreve a eliminar las fechas, pese a que los grandes -Ferguson, Wenger, Benítez o Eriksson- no son nada partidarios a jugar tantos partidos en sesión continua. Wenger, incluso, propuso respetar el día de los regalos para descansar después. Pero ni eso. El sueco Eriksson, cuando fue seleccionador inglés, deseó eliminar esta tradición, pero su petición no fue escuchada ni por los dirigentes… ni por el pueblo. La frase de Gary Lineker, histórico jugador inglés -ex del Barcelona-, resume la jornada: “Son días para salir de casa cuando estás harto de soportar a los suegros. Por eso, nada como tomar unas cervezas con los amigos e ir al estadio. En resumen, el paraíso”.
El esfuerzo del mejor sindicalista del fútbol, el español Gerardo González Movilla, ha quedado desde hace tiempo en saco roto. El presidente de la AFE logró firmar un valioso convenio donde a los futbolistas se les reconoce una semana de vacaciones en Navidad. Sin embargo, los propios deportistas son quienes se saltan su propio acuerdo. Ellos acuden desinteresadamente a la llamada de sus Comunidades Autónomas de nacimiento para los encuentros amistosos que se organizan. Nos encontramos con que los aficionados se tragan un partido que se ha convertido en un colage de futbolistas paisanos contra una selección internacional de tercera fila que pasa la Navidad al ritmo de la gastronomía nacional. Son, en suma, choques que escasamente interesan más que a los políticos y a quienes hacen política en la calle. Además, nos encontramos con anécdotas tan singulares como que Camerún se presenta sin Etoo y sus internacionales aprovechan la cita para reivindicar una deuda con su Federación manteniendo casi dos horas a Galicia en el vestuario; o que un apagón detiene veinte minutos el choque en Murcia; o que Raúl Tamudo le dice no a Cataluña; o que Euskadi cambia ‘el nombre deportivo’ por Euskal Herria para ampliar la zona de fichajes; o poder comprobar el nivel de Andalucía contra la potente Zambia; o como Angola hace turismo en Canarias; o como Guinea Ecuatorial repite exhibición 48 horas después tras cruzar la península ibérica de Cartagena a Badajoz para medirse a la debutante Extremadura; o como Madrid se amaga y admite no financiar bolos navideños… En fin, sin olvidarnos del ‘Partido de la Galaxia’ celebrado amistosamente en Argentina con representación de estrellas sudamericanas. Y todo esto nos lo cambian por una jornada de nuestra Liga. Por eso sólo sonrío cuando me pongo ante el televisor y sigo el campeonato internacional de categoría alevín que se celebra en Lanzarote. De lo otro, recuerdo a Mister Scrooge: “Bah, humbug” (Vaya farsa).
Escrito por Matallanas | 8:10 p. m. | Enlace permanente