Pablo, Pablito, Pablete (Por Kiko Narváez)
el arquero (columna publicada en la razón el lunes 28 de enero de 2008)
Por Kiko Narváez
No me extraña que Pablo, Pablito, Pablete haya padecido en los últimos 7 días el «Síndrome de la piñata». Al central, después del partido ante el Madrid le han llovido golpes por todos lados. Hasta yo dudé, después de escuchar tan desproporcionadas e irrespetuosas criticas, ponedme en manos de los «Hombres de Paco» para que investigaran si el central era también el culpable de la bajada del Ibex 35, de los 400 mil coches que circulan sin seguros o de los 83 millones de euros menos que hubo el año pasado en la venta de discos.
El albaceteño, en un partido como el derbi en que todo se magnifica para lo bueno y lo malo, tuvo sendos errores en los goles madridistas. Lástima coincidir en el primero con Robinho, a día de hoy, junto con Messi, el jugador más desequilibrante de la Liga. Seguro que en ese azulejo, con otro rival diferente, no hubiese cabido un fallo cuyo destino final fue la red. El posterior error de Valencia era subsanable si el encargado del rechace no se duerme y deja rematar solo a Silva. Con esto no quiero justificar sus fallos, que fallos son, pero sí matizar ambos detalles.
A Pablo, como a todos, hay que exigirle profesionalidad, y de eso me consta que va sobrado. Para mí en la nómina de los centrales colchoneros es el más fiable. Y no es justo colgarle de «Piñata» cada vez que tiene una equivocación y justificarla recordando una decisión en unas elecciones que yo, sí, ya tengo olvidadas. Hay que dejar claro que los jugadores no tienen por contrato amar o besar un escudo. La gran equivocación que rodea al fútbol pasa porque la mayoría miden el compromiso con unos colores por los goles o grandes jugadas. ¿Acaso el Kun tiene un balón firmado por Leivinha, Forlán llevaba de chico la camisa de Ratón Ayala o Luis Fabiano tenía una foto de Pintinho en su mesita de noche? Yo conocí gente que salió de su club por la puerta grande y meses atrás había estado negociando una rápida salida. Y otros que fueron el buque insignia de su equipo y luego les dieron la patada. Es muy bonito ir de romántico, pero en el fútbol actual me quedo con las exigencias de profesionalidad y honradez. Lo demás es pura hipocresía. Así que ya sabes, Pablo, Pablito, Pablete, tú, a lo tuyo y los demás al...
Escrito por Matallanas | 2:53 p. m. | Enlace permanente