Los 'patria o muerte' del fútbol
JAVIER GÓMEZ MATALLANAS. La Fiscalía de Sevilla pisa los talones a Lopera. El supuesto salvador del Betis está bajo sospecha de utilizar su beticismo en beneficio única y exclusivamente suyo. Todo el mundo es inocente hasta que no se demuestre lo contrario. Y no al revés. Pero sin pretender culpabilizar de antemano a don Manuel Ruiz Avalos, conocidos por todos como ‘don Manué’, este paso judicial sirve para analizar a los salvadores de clubes, a esos personajes que pretenden convencer y, acaban convenciendo, a la gran mayoría de sus aficionados que si no fuera por ellos sus equipos habrían desaparecido.
Lopera se ha encargado de repetir en los últimos años, incluido surrealista videoclip promocional, más próximo a los de los canciones del karaoke, que, si no llega a ser por él, el Betis habría desaparecido. “O yo o el caos”, repetía en su mensaje Lopera mientras aseguraba haber fichado a Denilson por 4.000 millones de pesetas y mientras vacilaba a un puñado de futbolistas reuniéndose con ellos haciéndose pasar por dos personas diferentes: “Para saber si usted cobra me debo reunir con le presidente de esa sociedad” (refiriéndose a la sociedad con la que suscribía los contratos de imagen del futbolista, también propiedad del propio Lopera, llamémosla X, por aquello de no interferir en el proceso judicial). Y continuaba ‘don Manué’ con su histrionismo interpretativo ante el asombro del futbolista. “Buenos días, aquí don Manuel Ruiz de Lopera, presidente de X”. El máximo accionista del Real Betis se iba al otro lado de su propia mesa y se contestaba: “Buenos días, aquí don Manuel Ruiz de Lopera, presidente del Real Betis Balompié”. Volvía por su pasos y preguntaba a su ‘interlocutor’: “Usted cree que el jugador ‘Pepito Pérez’ debe cobrar el dinero que reclama”. “Lo estudiaré, señor Ruiz de Lopera”, se contestaba a sí mismo después de irse de un lado a otro de la mesa. El futbolista, que no daba crédito, tenía muy claro que no iba a ver un duro de lo que había firmado por derechos de imagen. Y aunque luego lo reclamara (como fueron los casos de Amato o Ángel Cuellar, entre bastantes ex futbolista béticos) sabía que tenía muy complicado cobrar el dinero que el señor Lopera le firmó cuando fichó por el Real Betis.
Desde hace unos años, sectores del ‘beticismo’ han alzado la voz para discutir la gestión de Lopera. Tras estas críticas, el máximo accionista del Betis decidió quitarse de la presidencia y quedarse gestionando su mayoría accionarial como Consejero Delegado de la sociedad anónima deportiva. Después ha amagado en varias ocasiones con que se iba y vendía el club. Pero nunca ha ejecutado sus anunciadas intenciones. Ayer se mostró tranquilo ‘don Manué’ y amenazó a ‘Béticos por el Villamarín’, que si la denuncia que la Fiscalía ha presentado a resultas de la documentación presentada por este grupo opositor, se querellará contra ellos.
Hay un antecedente similar en el fútbol español al de Ruiz de Lopera. Jesús Gil también fue imputado y juzgado y condenado por apropiación indebida y estafa en el Atlético de Madrid. El delito había prescrito y no cumplió la condena. Pero el discurso de Gil también se pareció al de Lopera al afirmar que si no llega a ser por él habría desaparecido el Atlético en el momento de convertirse en sociedad anónima deportiva porque nadie ponía el dinero necesario para la conversión. En el caso del Atlético, socios que hubieran puesto dinero fueron expulsados de su condición de socios por el propio Gil meses antes y no tuvieron opción de invertir en el Atlético. Y siempre se vendió que no hubo atléticos dispuestos a invertir en su equipo y que sino llega a ser por Gil habría desaparecido el equipo. Lo mismo ha repetido Lopera hasta el día de hoy. ‘Patria o muerte’. “O yo el caos”. O conmigo o contra mí.
Esas afirmaciones se instalan en la conciencia colectiva de las aficiones y se acaba admirando al mandamás, al patrón, como el pueblo cubano ha admirado los últimos cinco lustros a Fidel Castro y su proclama de ‘patria o muerte’. Sin Lopera, el Betis había sobrevivido. Y sin Gil, el Atlético habría perdurado en su grandeza. En el caso de Gil se demostró en los juzgados que se inventó una deuda del club consigo mismo para aumentar su patrimonio. En el caso de Lopera, la Fiscalía de Sevilla inicia ahora el proceso...
Escrito por Matallanas | 1:49 a. m. | Enlace permanente