el arquero. artículo publicado en la razón

Por Kiko Narváez

¡Qué bien nos ha venido a los atléticos este parón de dos semanas para vacilar y ronear por las diferentes cafeterías, tascas y patios de vecinos de la capital! Los rojiblancos ganaron con autoridad al Málaga y se pusieron líderes con ese viento a favor que supuso la victoria ante el Schalke 4-0. La inyección de tranquilidad y desahogo tanto en el verde como en las oficinas puede ser el punto de inflexión que tanto anhelaba la parroquia del Calderón. Reconozcamos que una eliminación ante los alemanes y un empate en el debut liguero lo hubiesen aprovechado los «pupistas» para cargarse un buen proyecto sin empezar el mes de septiembre.

El equipo, con los mimbres del año pasado, buscó rápidamente efectivos para paliar los detectados defectos defensivos. Tanto Heitinga –algunos entenderán viéndole desplazar el balón desde atrás por qué Perea de lateral– y Ujfalusi que, al igual que al «Cata» Díaz en su nacimiento le dieron la bienvenida a la familia con un «felicidades, acaba de tener un central, señora».

De todo lo que veo y me gusta también está la actitud de Maniche y el acierto del tercer punta, Sinama, futbolista que en comparación con Mista se adapta rápidamente a jugar 20 o 25 minutos.

Lo que me sigue faltando es un Xabi Alonso, que surta en pocos toques a nuestro cuarteto diabólico de balones con ventaja. A Raúl García le veo algo confuso. Me preocupa lo que me transmite. No sabe si el sitio está por delante de la defensa o, como se le presagiaba en Osasuna, por delante y con llegada como Baraja. Un jugador, de todas formas, en el que tengo depositadas muchas esperanzas.

Tengo la sensación de que será un año de bonanza y progreso, aunque sin renunciar a nada. Dios me libre tal y como está el fútbol actual. Nos queda muy poco para aspirar con garantías a todo. Mientras tanto seguiremos contemplando cómo muchos miran la clasificación de la Liga en La Razón al revés. Sé que es pronto, pero pinta bien la cosa. Y muy bien.