El concierto de la vida
crónica del concierto de rosendo y barricada
El concierto de la vida. El concierto de una vida. La banda sonora de mi vida sonó el viernes por la noche en Las Ventas. Disfrutamos el momento con Nini, Adolfo, Marcial, Mofe, Julito y con 15.000 devotos del Maneras de Vivir, entre los que había muchos, muchísimos amigos y conocidos. Rosendo, imperial, autoritario y poderoso con su guitarra, volvía a proyectar el mismo aurea, estaba iluminado como la primera vez que le vi en directo en mayo del 86 en el Rockodromo de la Casa de Campo. Y la noche se presumía grandiosa desde los primeros acordes, como aquella noche del 6 de septiembre de 1991, en la que Rosendo también abrió la puerta grande, junto a los Burning, en su primera aparición en Las Ventas. El viernes, Rosendo cortó dos orejas y rabo. Y Barricada, también. Grandes estuvieron los de Pamplona. Y es que uno apenas recordaba los grandes conciertos que había vivido con el Drogas, el Boni y Alfredo en el escenario. Potentes, virtuosos y transmitiendo, los Barri también nos trasladaron a finales de los 80, al Pabellón del Real Madrid o a aquella tarde de San Isidro en mayo del 86, que también compartieron cartel con Rosen, especialmente con la potente descarga de 'La silla eléctrica'.
La memoria se reactiva y recupera sensaciones cada vez que escucho a Rosendo. Y me sucedió lo mismo con Barricada, a los que principios de los 90 les cambié en mi escalafón por los Extremoduro del Robe (impresionante 'La ley innata', por cierto), pero el jueves evoqué grandes momentos de la adolescencia y recordé lo buenos que son los de la Txantrea.
Víctor, compañero de El Confidencial, me mandó un sms la mañana después: "Txantrea, 1, Karabantxel, 0. Viva Barricada". A los diez minutos, me llegó otro de Isra, director de El Futbolista y de Fútbol Life, que decía: "En mi opinion, Rosendo estuvo muy por encima ayer de Barricada..." Pero no es cuestión de comparar. No se trata de una competición. Rosendo estuvo grandioso y Barricada, también. Y juntos en el escenario, con el toque femenino de Aurora Beltrán, mayestáticos. Se complementaron y se salieron. Vamos, que no hubo ni vencedores ni vencidos porque no era ninguna lucha. Todos jugaban en el mismo equipo, el del Rock, el equipo de la vida. 'El ganador' lo interpretó Rosendo y se lo volvió a dedicar a su, nuestro, Carabanchel como en aquella primavera del 86. Y 'La hora del carnaval' la interpretó el Drogas, don Enrique Villarreal, que estuvo a medio camino de un actor de La Fura del Baus y de un presentador 'sui generis' de la gala de los Goya, y que cantó muy bien.
Además de Victor e Isra, que me mandaron los sms con su juicio de la velada, también disfrutaron del concierto de la vida muchos amigos y conocidos. Con nosotros también vino el gran Perico, el encargado del Kuo,nuestro 'meeting point' del barrio, y dos compañeros de curro de Marcial. También estuvieron Marta y Begoña, que lo vieron con una compañera de trabajo, que es la mujer de Nito(Mariano, el bateria de Rosendo) y su hija. También asistieron al coso madrileño Maite, con su hippie, y Josefina, compañeras de Marca a las que vi al final y al principio, respectivamente. También vi al final al Cordoba, viejo amigo del Calderon y a Amaro, intimo de Rosendo, y señora que andaban con Antonio, del Línea Directa, y su señora. Rodri Errasti y Marta, que aprovecharon la entrevista de Alberto Polo para conseguir dos entradas 'by the face' (nosotros siempre pagamos para ver al Rosen, que conste en acta). Al final no le vi, pero estuvo Rodrigo Paredes y un colega. Y Quique, colega de la web de la Federacion. Y me pareció ver de lejos a Nacho Silván, a la conclusión de la fiesta del rock & roll. Y tantos y tantos que no vi, pero sé que estuvieron.
La noche tuvo su momento futbolero. Apuraban los últimos temas, los Barri y el grupo del Rosen todos juntos en el escenario (¡grandes Rafa y Mariano!), cuando el Drogas hizo proselitismo de Osasuna. Rosendo sacó su bandera colchonera y el Drogas reveló que de joven era del Atleti de Ovejero, Panadero Díaz, Adelardo, Reina. . . En esas, Rafa, que pasa mucho de fútbol, dijo: "¡Reina! Ese, ese Reina sí que mola". A la espontánea intervención del bajista siguió una tremenda ovación del respetable para otro Reina, el gran Pepe, hijo del gran Miguel, al que se refería el Drogas.
Tras vivir en un Everest emocional durante cuatro horas, el estallido a la luna de los sentimientos se produjo con el Maneras de Vivir interpretado con las luces de la plaza de toros encendidas. Un colofón glorioso, tras la nueva ebullición previa de 'En blanco y negro', que fue la penúltima. No fue 'Una noche sin dormir', pero sí fue la primera noche que salimos Nini y yo desde que nació Mario, que el viernes hizo 7 meses. Una noche hermosa en la que, como siempre, recordamos nuestra boda cuando sonó el 'Flojos de pantalón', que cantamos con Rosen en nuestro casamiento, porque nos casamos porque tocó Rosendo (un día de estos os pondré el video de ese momentazo, del de la canción, ¡no todo el video de la boda!) Una gran noche, aunque permanente conectados con la tía Barby para saber de la cena de Mario y que el chavalin se había acostado.
Tras el concierto, nos disponíamos a irnos, eufóricos. Por un malentendido, la gente de Rosendo no nos habían dejado los pases de 'after show' antes del concierto. Pero nos encontramos con Gaspar, amigo del cole y del barrio, el que me metió a currar de seguridad en los conciertos, actividad que me permitió del 88 al 93 sacarme unas pelas mientras estudiaba y vivir un montonazo de conciertos y after shows (pero esa es otra historia). El Gaspi nos metió en la zona de camerinos donde comprobamos que Pilar Rubio es realmente una rockera de pro, que el Gran Wyoming es un tipo realmente ingenioso y simpático y donde nos enteramos que el Drogas, don Enrique Villarreal, ha dejado todas las sustancias por las que le pusieron el mote. "He dejado todo. Estoy a gusto. Antes también, pero ahora me entero de todo, mal, a veces, pero me entero de todo", nos contó el Drogas, superamable con su pañuelo, antes de revelarnos que vuelve a montar Txarrena, su atractiva aventura en solitario, para el año que viene: "El 9 de enero actuamos en el pueblo de los Marea, he hecho nueve temas nuevos", nos comentó antes de hacerse una fotito con nosotros (se nos colaron unos espontáneos en la foto del Adol y el Marci), aunque he visto ahora en You Tube que ya han vuelto de teloneros, precisamente, con Marea (la versión de Frío de Txarrena es es-pec-ta-cu-lar).
Rosendo no paraba de recibir gente en su camerino. No era cuestión de agobiar, pero Marci y Adol querían verle. Y yo también, claro. Y allí je dimos un abrazo y le felicitamos por el nuevo faenón. "No te quedan años a ti, no te quedan años", le repetía Adolfo. Y Rosendo, satisfecho por el trabajo bien hecho y por sentirse profeta y triunfador en su Madrid, le contestaba con una sonrisa que él se sentía bien, muy bien. Domin, el orondo fotógrafo de heavy más conocido, vacilaba tirando fotos al aire para sospender con su flash, mientras que nosotros le vacilábamos con las fotos que nos hizo con Rosen a Adol y a mi en el gimnasio de la cárcel de Carabanchel tras el concierto en el que se grabó 'Siempre hay una historia'. Fotos que aún, nueve años después, no nos ha dado el bueno de Domin. Seguiremos esperando. Por eso, para tener la fotito lo hicimos con mi móvil (que me falló al grabar el Maneras de Vivir), y, porque siempre apetece, nos volvimos a retratar con el ídolo, con don Rosendo Mercado Ruiz. ¡Gracias por existir!
FLOJOS DE PANTALÓN
OTRA NOCHE SIN DORMIR
Escrito por Matallanas | 12:25 a. m. | Enlace permanente