D10S de la Argentina (Por José Manuel García)
el butacón el garci. perfil publicado en elcondiencial.com
Por José Manuel García
Cuando el martes por la tarde, Maradona salió del despacho de Julio Grondona, el presidente vitalicio de AFA (Asociación del Fútbol Argentino), apenas se molestó cuando una nube de periodistas lo aplastó contra una columna, Diego vivía en otra nube, la que soñó habitar hace más de tres lustros: ser el entrenador de la selección Argentina. Por ello cuando Grondona le dio las llaves de la casa más querida para un argentino (la otra, la Casa Rosada, la del presidente de la Nación, lo es mucho menos), el corazón del '10' se aceleró de puro gozo y sus ojos recobraron un brillo que me es familiar.
Recuerdo ese brillo de Diego una mañana de lunes en su casa de Sevilla. El sábado anterior, el Sevilla de Bilardo le ganó 2-0 al Real Madrid y Maradona había tenido una brillante actuación. Se encontraba pletórico D10s (firma por la que se conoce a Maradona) cuando aparecimos el fotógrafo Roberto Pardo y yo en su casa de Simón Verde, un chalet que el torero Espartaco le alquiló por un pellizco al mes.
Generoso, el genio nos concedió una entrevista para publicar en Marca. Diego esperaba en un salón/despacho. Un peluquero le arreglaba el pelo. “¿Te fijaste, José Manuel? Me está haciendo el mismo corte que en México, cuando fui campeón con Argentina. Todo sigue igual, hasta mi peso: 76 kilos. Me encuentro bárbaro”. El más grande futbolista de todos los tiempos se encontraba radiante y relajado, y me dejó caer un sinfín de perlas para la entrevista, una de ellas fue ésta: “Sueño con ser algún día el seleccionador de Argentina”.
Han pasado dieciséis años y la vida de Maradona ha estado a punto de griparse más de una vez y más de una vez, también, le sonó la tecla de la felicidad. El afilado colmillo de la muerte lo vio en dos ocasiones, conoció a Fidel Castro, abrazó a Pelé y volvió a odiarlo de nuevo. Se reencontró con Guillermo Cóppola (su amigo, socio, apoderado, compañero, hermano y muchas más cosas) y lo envió años más tarde a los infiernos; Claudia Villafañe, la mujer de su vida y madre de sus hijas, dejó la cama del '10' para embarcarse en sus negocios. Dalma, la hija mayor, se hizo actriz de culebrones, y la pequeña, Giannina, está a punto de hacerle abuelo. Pero no un abuelo cualquiera: es el yerno del 'Kun' Agüero, el diez que fue de Independiente y que ahora hace soñar a los atléticos.
Con Diego al frente de la Argentina, un grupo de viejos amigos le acompañará en la aventura. Carlos Salvador Bilardo, Fernando Signorini y el 'Tata' Brown. Hace ya tiempo que el '10' le perdonó al Narigón la ignominia de retirarle del campo antes del minuto 90. Nunca jamás ningún entrenador osó hacerlo. Fue un partido Sevilla-Burgos. El Sevilla se jugaba la UEFA y el Burgos, ya descendido, nada. Empataron. Camino del vestuario, Diego le dijo de todo a Bilardo. Y cuando entró, nade se puso delante. Enloqueció y rompió puertas y armarios. Pero Diego hace tiempo que perdonó este desaire al técnico, al que sigue llamando de usted y trata como si fuera su padre.
La designación de D10s al frente de la albiceleste ha levantado una oleada de opiniones enfrentadas. Argentina es un país donde el fútbol es religión y cada argentino sabe más de fútbol que cualquier argentino. Pero Maradona, loco por sentarse frente al Kun, Messi, Riquelme y Verón, se encuentra otra vez arriba y no siente vértigo de las alturas. Ni vértigo ni calor. Y eso que el volcán no deja de bullir y calentar.
Escrito por Matallanas | 12:00 p. m. | Enlace permanente