Una Peineta a los atléticos
Alberto Ruiz Gallardón y Enrique Cerezo han vacilado a los seguidores del Atlético de Madrid. El cambio de estadio del conjunto rojiblanco se ha hecho de espaldas a la masa social colchonera. Y no es una operación, en absoluto, ventajosa para el Club Atlético de Madrid SAD porque el cambio de casa no supone acabar con la deuda que arrastra el equipo colchonero, que, además, deberá sufragar la construcción del nuevo campo. Además, el Atlético pierde patrimonio porque el nuevo estadio no será propiedad suya, como lo era el Vicente Calderón.
Claro que el Atlético contará con uno de los estadios más modernos del mundo a partir de 2012, pero también se podría haber modernizado el Vicente Calderón, dejado absolutamente en los últimos años, porque el cambio de estadio ya estaba decidido hace mucho tiempo, en unas condiciones más ventajosas a las que se han suscrito. El Atlético no debería haber aceptado el acuerdo porque no le beneficia.
Los dirigentes del Atlético de Madrid han tirado para adelante pasando de los sentimientos de sus aficionados. Puede que la marcha del Calderón fuera obligatoria, pero no se lo han explicado a los suyos. Y mirando la letra pequeña del acuerdo, las arcas del club no salen beneficiadas, como se ha intentando vender por la prensa, mayoritariamente afín y que no emplea el mismo nivel de crítica ni de exigencia que se tiene con el Real Madrid, en los últimos años. Se llegó a hablar de un referéndum entre los atléticos que fuera vinculante en la decisión del traslado a otro estadio, una consulta que, por supuesto, ni se ha planteado.
El alcalde de Madrid tiene indignados a muchos aficionados atléticos, que mostrarán su descontento en las urnas, aunque se antoja complicado que Gallardón se vuelva a presentar a unas elecciones municipales, porque su gran objetivo es dar el salto definitivo a la política nacional, si es el puesto de Mariano Rajoy, mejor que mejor. Gallardón, como los dirigentes del Atleti, se ha pasado por el forro de sus caprichos a los aficionados. Hay que reconocer que el soterramiento de la M-30 quedó finalmente muy bien, después de años de sufrimiento de los madrileños por las obras. Aunque aún le queda completar la obra y rematar la faena en la superficie de la Calle 30, que ahora parece una zona en reconstrucción tras una guerra. Y no se ha acabado la obra porque el Vicente Calderón siga levantado en mitad de esa M-30 subterránea, ya que realmente queda fenomenal el Coliseum del Manzanares entre el Puente de Toledo y el Puente de Segovia, con San Francisco el Grande, la Catedral de La Almudena y el Palacio Real de fondo, siendo parte de una de las vistas más preciosas de la capital.
El acuerdo entre el Ayuntamiento de Madrid y el Club Atlético de Madrid SAD es una Peineta a los seguidores colchoneros, un corte de manga a sus intereses, porque el acuerdo no los defiende. El Atlético ya no es un club de fútbol y no tiene que celebrar Asambleas esperpénticas como la que se vivió en el Real Madrid hace una semana, pero eso no quiere decir que sus actuales dirigentes gobiernen el club en contra de los intereses y, sobre todo, de los sentimientos, de sus seguidores.
Escrito por Matallanas | 1:32 a. m. | Enlace permanente