Fernando Llorente: próxima estación, Madrid (Por Antonio Sanz)
el rincón de judas. artículo publicado en público
Por Antonio Sanz
Jorge Valdano intentó firmar a Julen Guerrero en 1995 para el Real Madrid. Sin embargo, José María Arrate, entonces presidente del Athletic, renunció a negociar y se limitó a presentar un documento donde figuraba que 1.200 millones de pesetas era la cláusula que podía desligar al de Portugalete de San Mamés. Unos meses más tarde de este episodio, Fernando Llorente llegaba silenciosamente a Bilbao, de la mano de José Mari Amorrortu, para fortalecer la cantera del centenario club. Esta temporada ha colocado al delantero en el mercado internacional, pero para bien. Sí, porque hace un par de años el tránsito era casi obligado. Hoy todo cambia y esta resurrección deportiva, unida al primer gol anotado con la selección española, le sitúa en el top y desbloquea a aquellos que lo veían todo negro cuando Mendilíbar, Clemente, Sarriugarte o Mané no sacaban el jugo de este aparente escolta de baloncesto, fornido, alto y elegante ariete. Navarro de nacimiento, aunque criado en La Rioja, explotó con Joaquín Caparrós. No tan lejos quedan los días en que la afición perdió la paciencia. En octubre de 2007, San Mamés se llevaba las manos a la cabeza cuando ante el Milan -en un amistoso- o ante el Betis, la música de viento del graderío acompañaba las acciones de juego de Llorente.
Esta pasada Navidad, tan turbulenta en el Real Madrid, atendía uno de los últimos debates deportivos que vivió Ramón Calderón. Los técnicos blancos montaban la operación del fichaje de Klaas-Jan Huntelaar. La negociación con el Ajax se cerró en un montante de 20 millones de euros más 7 millones más por diferentes objetivos. Carlos Bucero, adjunto de Mijatovic, había deslizado el nombre de Llorente como recambio, no para el mercado de invierno y sí para el futuro. Los 23 años del futbolista dan para asumir un riesgo. En la Junta directiva blanca nació el coloquio. Mientras que las urgencias obligaban a acelerar el traspaso del holandés, los más pausados solicitaban calma y reflexión. “Para pagar 27 millones por Huntelaar, ponemos algo más y nos traemos a Llorente”, susurraban los directivos con menos peso de la Junta. Sin embargo, que hasta el verano no se pudiera comenzar la negociación y las dificultades que, presumiblemente, opondría el Athletic frenaron en seco el intento de captar al punta navarro. No muy lejos de Concha Espina, al sur de la misma ciudad, el responsable de la cantera rojiblanca, José Mari Amorrortu, el mismo que lo fichó para el club vizcaíno, suspiraba por Llorente. Sabedor del mal momento del jugador en julio de 2007, su conocimiento y su fe en él obligaban a recomendarlo para el Atlético. Nadie más apostó, entonces, como reemplazo del traspasado Torres. El nombre de Forlán era seguro mientras arriesgado era jugársela con un goleador venido a menos y en crisis de oficio. Pero todas las crisis pasan y así las cosas, García Macua atravesará un difícil verano. Si Arrate se negó a vender a Guerrero y vitalizó su trayectoria en el Athletic, otros optaron por dar salida a los Alkorta, Salinas, Karanka o Zubizarreta. Con contrato hasta junio de 2011 y una cláusula de rescisión ascendente de 30 a 50 millones de euros, sólo el proyecto deportivo podrá retener a Llorente. Caparrós tiene mucho que ver en este éxito y mucho que decir en el futuro del goleador. Veremos.
Escrito por Matallanas | 7:01 p. m. | Enlace permanente