Las llegadas de Cristiano Ronaldo a la Liga española son sin dudas positivas para el campeonato español. La Liga BBVA, que debe mejorar en su puesta en escena e imitar detalles de la Premier League, se ve reforzada por los dos últimos Balones de Oro y contar con los mejores jugadores del mundo siempre enriquece la competición.

Pero el debate que surge es el de la competitividad o, mejor dicho, la igualdad de oportunidades para alzarse con el campeonato que en nuestra Liga ha brillado por su ausencia en los últimos años, salvo cuando aparecieron el Valencia y el Deportivo y el Atlético, hace 13 años, para ganar algún campeonato. La pasada temporada, con un Barcelona de ensueño, intratable, un Real Madrid menor le plantó cara en una persecución de record.

Con el Real Madrid reforzado, la Liga vuelve a ser cosa de dos. Y luego el resto. Un grupo peleando por los dos otros dos puestos de Champions y las plazas UEFA, pero que parten de principio sin ninguna opción de ganar el título. Y un grupo aún más numeroso que directamente se juegan el descenso a Segunda división, como se sucedió la pasada campaña donde del décimo al último cualquiera podía descender en el último tramo liguero.

En la comparativa con la Premier League, una vez descartado el Calcio que debe hacer una revolución para que el fútbol italiano vuelva a interesar, la Liga pierde en esa competitividad porque Arsenal, Liverpool y Chelsea le disputan la primacía y el dominio al Manchester United en los últimos años. Son cuatro en la pomada por el título, mientras que en España solo son dos.
Y siendo claramente beneficioso los fichajes de Kaká y Cristiano Ronaldo para todos los equipos, porque todos los equipos aumentarán su taquilla cuando les visite el Real Madrid, como sucede y seguirá sucediendo con el Barça de Guardiola, es un beneficio económico y no deportivo. Porque la mayoría de los equipos no cuentan con potencial para plantar cara al nuevo Real Madrid ni al SuperBarcelona del Triplete o, más correctamente, de la Tripleta.

Sucede que el fútbol es un deporte tan grandioso y mágico que un equipo con diez veces menos presupuesto que los gigantes de nuestro fútbol es capaz de ganarle un partido a los megacracks incluso de eliminarlos en la Copa del Rey. Pero a lo largo de un campeonato la diferencia de puntos de los dos primeros con el tercer apunta a que será tan descomunal como en la de última Liga. Probablemente sea la mejor Liga del mundo porque el Real Madrid y el Barcelona son los dos mejores equipos del mundo y tienen en su fila a los mejores jugadores. Pero, sin duda, es la Liga de la desigualdad.