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miércoles, agosto 01, 2007

Los Cuatro Fántásticos y la salsa agridulce

crónicas asiáticas (VI) 2007


“Vamos a regatear en el Mercado de la Seda, que es el único sitio donde vamos a regatear en China”, le decía Mele a su madre cuando nos dirigíamos a apurar las tres últimas horas de Los Cuatro Fantásticos en China. Y es que el sueño de jugar en la liga de Hong Kong se ha esfumado por el momento (luego explico esta proposición adverbial) para Oscar Meléndez, Rubén Iván, Angel y Alex. Después de diez días por el gigante asiático, hemos decidido que lo mejor es regresar nuestra querida España. Diez días de montaña rusa, diez días de extremos, diez de altibajos, diez días de sensaciones agridulces como la popular (en España, porque aquí no se ve por ningún lado) salsa china. Han pasado de dormir en la mullida y confortable cama de un hotel de Cinco Estrellas, después de visitar con chófer y todo, la Gran Muralla, nada más llegar a Pekín, a concentrarse para la pretemporada en una habitación con cuatro camastros sin colchones, durmiendo en sobre una tabla de madera, para luego tener que rendir y demostrar su categoría balompédica en los entrenamientos. No son los primeros futbolistas españoles u occidentales que han vivido esta experiencia. Pero después del primer entrenamiento, en el que dejaron boquiabierto al técnico, hicieron un necesario, pero poco comprendido para el club que les acogía, paréntesis en la concentración para desplazarse a Hong Kong a saludar y ver jugar a su amigo Fernando Torres, que andaba por allí con el Liverpool. Vuelta a otro hotel de Cinco Estrellas, a codearse con los jugadores del equipo subcampeón de Europa. Otro subidón. Y regreso a los catres de madera y al servicio que en vez de taza tiene un agujero en el suelo donde es más difícil embocar que en el hoyo 18 del British.

Ni interprete para comunicarse, como habían prometido, ni comida para reponer y cargar energías para los entrenamientos y, casi ni bebida, para hidratarse en el asfixiante clima de Cantón. “Aguantamos, aguantamos, queremos jugar aquí. ¡Vamos a campeonar!” Nuevo partidillo, nueva demostración de que su nivel de Tercera-Segunda B en España les basta y les sobra para jugar en la primera china. Pero tras tratarles como estrellitas, compañeros y técnicos, pasaban a ni saludarles. Otro bajón. Y las paredes de la habitación de las colonias en España en los 50, sin colchones las camas, eso sí, se les venían encima sin más consuelo que la PSP echando humo.

Y llega el gran jefe de la empresa propietaria del equipo para verlos en acción. Partido por todo lo alto en el estadio, de unos 30.000 espectadores, calculan, en el que jugarían toda la temporada. Pero los vestuarios no los abren, diferencia de culturas debe ser, y se tienen que cambiar en la calle. El gran jefe se hace fotos con ellos, pero ni les saluda.

Los Cuatro Fantásticos ya son tipos populares en China porque han salido en menos de 24 horas en el Titan Sport, el periódico deportivo de más tirada en China, y en Soccer Weekly, la revista deportiva de mayor difusión por estos lares (ver imágenes de los artículos). La escapada a Hong Kong a ver a Torres le ha venido muy bien al gran jefe y su empresa para hacerse publicidad con la foto de nuestros cuatro héroes con la estrella del Liverpool y con Pepe Reina.

El partido se les vuelve a dar bien (los chinos les tiraron varias patadas a la yugular, pero ellos no se arrugaron). Les quieren firmar. Pero ya está decidido que se vuelven a Madrid. Ya está preparado su regreso a Pekín, para pasar un díita de compras y vuelta para España. Porque no se ha cumplido ninguna de las condiciones y aunque quieren hacer llegar los contratos, sus valedores en China, que no tienen ni idea de representación y que lo hacían todo por amor al arte y por amistad a los Cuatro Fantásticos, han decidido que ‘pa’ casa.

Diez horas de retraso en el vuelo de Guang Zou a Pekín, último escollo para cimentar la paciencia de Mele, Alex, Angel y Rubén Iván. A las tres de la madrugada, un ‘cuarto de libra’ en el McDonalds (que aquí abre 24 horas) con tenders para aburrir, como tentempié antes de coger un colchón y olvidar las tablas y la torturante habitación de Cantón. Mil anécdotas, mil risas, mil lamentos. Diez días en China ‘by the face’, conociendo Pekín y Hong Kong, y la posibilidad de firmar con otro equipo (los compañeros del Lanwa les decían cuando se iban: “¿Qué? Vais a fichar por un equipo de Pekín, ¿verdad?”) abierta porque al verlos en la prensa en los reportajes con Torres varios equipos se han interesado por su fichaje, tras pedir informes al entrenador del Lanwa. Pero es complicado que vuelvan. Aunque se les apagaba un pelín la voz cuando hablaban del Pinto, del Valdemoro y de los movimientos que deben hacer ahora al llegar a España para seguir dándole patadas a un balón. Seguro que Caturla les puede acoger en el Rayo Majadahonda.

La clave esta extraña historia ha estado, según fuentes cercanas al Lanwa (pero, como me dice el maestro Azuara, no tengo todos los pelos de la burra), en que el director general de este equipo no veía un yuan por el fichaje de estos cuatro españolitos. Y en el fútbol chino, como en el fútbol de todo el mundo, por lo visto, si no se queda nada por medio para repartir, pues se frenan los fichajes. Y cuanto más caro sea un fichaje, pues más pasta se distrae por el camino (¿no se han parado a pensar porque suben y suben los objetivos, televisados al minuto, del mejor equipo del siglo XX?) Y, como en este caso, aquí nadie se llevaba un euro, salvo los chavales su apañada ficha, pues todo se quedó en agua de borrajas…

El gran jefe del equipo chino (que perdió 9 millones de euros en tres temporadas con el anterior equipo que tenía, el que fichó a Gascoigne para jugar en China), está muy rebotado por la movida con los cuatro españolitos y puede cortar cabezas en el Lanwa. Pero es que aquí los dueños de los equipos son millonetis (pero muy millonetis) que no controlan sus clubes. O los controlan demasiado como el propietario del Shanghai Shenhua, equipo que se enfrenta al Liverpool mañana viernes en Holanda, que pretende jugar un rato del partido ante los de Benítez. Nada, oye, que, según he adivinado al verlo por la tele (luego me lo han aclarado los compañeros de Titan) le hace ilusión al hombre jugar con el ‘10’ a la espalda y demostrar que es mejor centrocampista que Gerrard. Parece que, con lógica, los que organizan el torneo de Holanda no se lo van a permitir. Sólo nos faltaba uno de estos en España, aunque Ramón Calderón, con la planta que tiene de futbolista, igual le da por vestirse de corto y enderezar un pelín el esquema de Schuster. ¡Ah no! Que Calderón no es el dueño del Real Madrid, que son los socios. Tonto estoy, ¡leches! Bueno, habrá que estar atentos para si al dueño del Shanghai Shenhua le dejan jugar mañana contra el Liverpool…

A todo esto, menos mal que llegaron los Cuatro Fantásticos en su escala pekinesa. Porque la verdad estaba ya un poquito hartito. El Barcelona llega el viernes de madrugada y ahí habrá tajo, pero en la espera de los culés, he regateado bastante (ya tengo un maletón con regalos para los coleguitas, bueno, la mayoría son para Nini) en el mercado de la seda. El regateo es una pelea a muerte, te empleas a fondo, estás porfiando por medio euro, pero te entregas en cuerpo y alma. Cuando sales del abarrotado local con bolsones de basura llenos de artículos baratísimos, o con un maletón recién comprado porque no te caben en tu maleta, y te montas en el taxi, reflexionas y te sonríes por el gen persa o fenicio quizás que se adueña de tus actuaciones y te lleva a enfrentarte a las chinas que te golpean y te llaman loco en cuatro idiomas.

Fui a cenar al Buffalo con Raúl. Un local curioso, en la zona turística, en el ‘mar posterior’, detrás de la Ciudad Prohibida, donde salían a navegar los emperadores, y que ahora está lleno de restaurantes fashion para turistillas (no había estado en el lustro que llevo viniendo a China) donde un grupo actúa en directo y es complicado mantener una conversación mientras versionan como posesos cualquier clásico discotequero. Lo mejor, en el Bufalo, es subirse a la planta de arriba para cenar sin tanto ruido. Curioso detalle el de las cartas del menú que son carátulas de CD. Seguro por Nueva York (donde vendían kleenex en los semáforos ya en los años 50 del siglo pasado según le leí a Truman Capote en alguno de su relatos) hay algún garito en el que las cartas son CD, porque ahí existe todo, pero lo desconozco y me llamó la atención lo de este restaurante pekinés, donde la comida no es típica de la zona y adonde me llevé a comer a los Cuatro Fantásticos antes de enfangarse en sus tres últimas horas de regateo a degüello. Primero me tomé un capuccino que sonreía. Gran metáfora, Nini.

Ahora mismo, nuestros Cuatro Fantásticos están volando para Madrid. Un chófer, majísimo el tío con mirada de oso panda, les llevó con la eficiente Tracy, ambos empleados del gran jefe de la empresa del equipo, que en esto se ha portado, la verdad. La tal Tracy se ha desvivido por los chavales, ha movido vuelos, hoteles y tan sólo era un incordio en el regateo porque se ponía demasiado de parte del vendedor.

Para cerrar el post, tras hacer un receso para ver la nueva campaña de imagen del Aleti (¡En esto si que gana títulos! Pero ya la comentaré, te llega y nunca te deja indiferente el genial publicitario que es Miguel Angel Vizcaíno, pero sigo sin clarificar mis ideas colchoneras) os dejo una escena costumbrista pekinesa (son muchas, curiosas y dispares) como esta imagen de las fregonas alineadas en un W.C. público. La verdad es que la ciudad está bastante limpia. Aunque cuando se pone a caer agua parece que se acaba el mundo. ¡Cómo jarreaba hoy! Y ahora entran por la habitación destellos de relámpagos. Y me dice Nini que está viendo el telediario que dicen que hay un monzón en China... ¡Voy a sobar un poquito! Anto, ya lo dijo Quevedo, "Ande yo caliente..." (Sí, sí, lo dijo Góngora (lo sé desde cani gracias a Paco Ibáñez y a mis padres), pero es un vacile para mi compadre Sanz...)



Crónicas Asiáticas 2007

Escrito por Matallanas | 9:15 p. m. | Enlace permanente

3 Comentarios:

  • Escrito por Anonymous Anónimo, a las jue ago 02, 09:57:00 a. m.  

    Mata, ... y riase la gente viene en una letrilla de GÓNGORA que dice "y las mañanas de invierno, naranjadas y aguardiente,
    y RIASE LA GENTE".
    Pero como a quien madruga Dios le ayuda, me encuentro el relato de tu historia para no dormir de los "cuatro fantásticos". Excelente. No sorprende que FP sintonizase tan bien con los dueños de los clubes chinos.Los chavales merecen un reportaje por televisión... a los palacios subí y a los infiernos bajé...
    No des ideas a Calderón que a tu vuelta ya habrá expropiado a los socios el club y al Milán a KAKÁ.
    La foto con la oriental de rojo ¿puede ser una chinita en el zapato de un "fantástico" futbolista o en la del algún titán del periodismo tipo Truman Capote?
    Menos zampar en Bufalo, menos sobar evocando a Quevedo y "peus a terra" que ya tienes ahí a Oleguer dispuesto a comprarse el libro azul y GRANA de MAO...que ése si era un amante del estado de derecho y del torcido... A VER si nos mandas una foto de la plaza de Tianamen con o sin tanques... que éso si sería un puntazo olímpico...
    Te seguimos, leemos y viajamos contigo. Gracias, pequeño saltamontes...

  • Escrito por Anonymous Anónimo, a las jue ago 02, 01:31:00 p. m.  

    ¿Tú quién eres? ¿Julio Verne?

  • Escrito por Anonymous Anónimo, a las jue ago 02, 04:00:00 p. m.  

    Desde El Puerto de Santa María, ánimo a Mele (querídisimo Oscar), a Angelito, a Alex y a Rubén David. Recordar que Julio Salinas también lo paso muy, pero que muy mal. Una muesca más en vuestras vidas. Una muestra de admirable valentía. Y con nuestra admiración, todo nuestro cariño. Y a ti Mata recordarte que no siempre las cosas dependen sólo de nosotros....


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