La aparición de La Masía (Por Kiko Narváez)
el arquero (artículo de la razón, lunes 5 de noviembre de 2007)
Por Kiko Narváez
Hay mucha gente que aprovecha supuestas apariciones de espíritus malignos e imágenes en las paredes de su casa para lucrarse de plató en plató. La auténtica aparición fue la que tuvimos mi «compare» Pompa, cantaor frustrado de flamenco de Jerez, y yo en la pretemporada pasada. Fue un espíritu tan benigno como real, que nos dejó impactados: «Pompa», le dije a mi gurú de 145 kilos, «a este niño le sobra tanta calidad como a ti kilos, hermano». Fue impactante. Desde la irrupción de Raúl no había habido nadie que me llamara tanto la atención. Y la llegada de «Rulo» la viví en mis carnes con el pase de Laudrup, y cómo la puso el flacucho en la escuadra de la portería del «ruso». Desde entonces no había contemplado nada tan especial y con tanto poder de cautivación. ¡Qué diferencia a todo lo demás! Controles orientados, verticalidad, desmarques «Made in La Masía», aprovechando espacios, y una obsesión brutal por el gol. Tengo la certeza de que dejándolo en gayumbos en el desierto, a los tres días vendría con cuatro camellos, dirigiendo un harén y con un buen traje de chaqueta. Se busca la vida como nadie, de la nada te saca siempre algo: Bojan Krkic.
Tanto en el Mundial sub 17 como en el «stage» del Barcelona, Krkic nos obligaba, al Pompa y a mí, a coincidir nuestras miradas cada vez que entraba en contacto con el balón. Suele ocurrir que, ante niños prodigio como éste, el desparpajo y personalidad vienen ya de serie a su edad. El chaval lo mismo te hacía un sombrero delante de Henry que marcaba un gol a pase de Fran Mérida. En nuestra Liga doméstica ya ha tenido destellos y chispazos como el que vimos en El Madrigal donde necesitó sólo cinco minutos para jugar «al inmóvil», aprovechando una transferencia de Butragueño en la pausa, hacer un caño dentro del área y disfrutar de una herencia de Pioneer («Número uno en alta definición»). Y a pase de Messi marcó un auténtico golazo.
A estas edades la incógnita que subyace es si se montará en el tren del despiste, ése que para todos los días en casa de cualquier «crack» emergente, y que llevó a muchos a un destino equivocado. Ojalá se suba al mismo tren que Raúl. Un ejemplo. Después de 13 años, sigue detrás del mismo objetivo que tiene ahora el azulgrana. «Rulo» es la rueda a seguir. Por el bien del fútbol español, las noticias que me llegan es que el entorno es parecido al de Messi y al de Nadal. Coinciden en que tienen los mismos pájaros sin alas que impiden que se les suba a la cabeza. Vamos a ir cortando los elogios, no vaya a ser este artículo, con tanto halago, el que le devuelva las alas a alguno de ellos.
Escrito por Matallanas | 11:47 p. m. | Enlace permanente