Mi querida España (Por Antonio Sanz)
el rincón de judas (columna publicada en el diario público, 18-11-07)
Por Antonio Sanz
Deseo que a esta hora nuestra selección de Fútbol viva ya clasificada para la Eurocopa. Deseo que el equipo de Luis Aragonés haya superado a Suecia y se desplace con tranquilidad a Las Palmas para jugar el último partido que ojala se convierta en un trámite ante Irlanda del Norte. Deseo que pase el invierno y que con la llegada de la primavera lo veamos todo más claro. Deseo que Villar ejerza más de presidente y menos de dirigente político europeo, que Luis reciba más ayuda dentro y fuera de Las Rozas, que Luis sea capaz de ayudarse a sí mismo y que la Selección alcance el hueco que merece en el corazón de los aficionados. Son ricos deseos frente a pobres realidades… ni la Federación quiere ya al técnico ni el seleccionador se siente arropado por los dirigentes. La guerra fría que habita desde hace meses, más de un año, en la sede del noroeste madrileño castiga con desenfreno una camiseta, curiosamente, puesta de largo en esta misma semana.
Los episodios se suceden y la distancia es insalvable entre Jorge Pérez -factótum de la Federación en ausencia de un Angel Villar más preocupado de lo que ocurre en la sede central de la UEFA- y Luis Aragonés. El último desencuentro se produce en la Residencia de la Ciudad del Fútbol. El seleccionador reprocha al secretario general la organización del acto de la camiseta, planificado sin su consentimiento. El distanciamiento viene de lejos. El cargo prometido por Pérez a Luis y otorgado a Hierro fue la gota final. Tan lejos están las partes que el seleccionador no acudirá al sorteo de la fase previa del Mundial de Sudáfrica. Será el próximo domingo en Durbán. A Luis le han borrado. Al menos, le han guardado billete para el de Lucerna, una semana después, con motivo del de la Eurocopa.
La falta de comunicación, apenas hay diálogo, entre el seleccionador y los directivos se acrecienta con las reiteradas ausencias de Raúl de las listas de Luis. Es paradójico que un empleado de la Federación controlara la presencia del capitán madridista desde el despacho del seleccionador cuando acudió a las dependencias federativas para grabar una secuencia de una película. Ni Luis quiso ver a Raúl, ni Raúl a Luis. Ni nadie se preocupó de limar asperezas. Ni dirigentes ni empleados quieren arrimarse al ‘astado’ para evitar llevarse la dolorosa cornada. Lo que es seguro es que la Federación toma partido por Raúl: filtran un homenaje que apaga la opinión pública o se facilitan imágenes del ‘7’ en la habitación que lleva su nombre en la residencia federativa alimentando pobremente el debate público.
Con el director deportivo Fernando Hierro esperando que llegue el final de la Eurocopa para decidir seleccionador y mirando, mientras tanto, para otro lado, el panorama para los próximos meses es desalentador. La flamante nueva camiseta ha nacido sucia. Desde los órganos rectores de la Federación no han sabido darle la brillantez que merece. Luis, contrario al nuevo concepto de marketing que acompaña en los últimos tiempos al fútbol, se ha quedado solo: sin respaldo directivo y sin ayuda mediática. Bueno, no tan solo. La mayor parte de los jugadores, tras lo ocurrido en Oviedo, se han acercado al técnico. Con el visado del paro ya expedido en Las Rozas para Luis, vaya sorpresa para todos si por las casualidades del Fútbol, España rompe los pronósticos y se lava la cara de la decepción en Austria-Suiza. Es difícil de creer, pero torres más altas han caído.
Escrito por Matallanas | 7:17 p. m. | Enlace permanente