Guti, el Juanito del siglo XXI
JAVIER GÓMEZ MATALLANAS. Juanito fue un jugador genial. Capaz de lo mejor y de lo peor. Guti es su heredero. Con el axioma presente de que todas las comparaciones son odiosas, se les puede comparar. Guti es el Juanito del siglo XXI.
Diez días después de su arranque de (mal) genio en La Nueva Condomina, la acción de Guti se puede analizar con mayor frialdad que nada más producirse aquella justa expulsión. Los ‘gutistas’ se tapaban reconociendo que cuando Guti pierde los nervios en un lance así les quita los motivos para defenderle. Y el análisis del Guti futbolista va unido todo, pero no se puede juzgar a Guti como futbolista por esas niñerías.
Pasaría algo parecido con Juanito. Si te quedas con las reacciones viscerales del malagueño, menospreciarías lo que representó para el Real Madrid. Juanito acordonaba en sus botas y su camiseta con su mítico ‘7’ los valores del madridismo. La garra, la entrega y la enorme calidad que impregna la genética de la camiseta blanca. Y luego tenía esos tres segundos de ira incontenible que le buscaron “la ruina” (según reconocía aquel ‘7’) y aceleraron su salida del Real Madrid después de patear a Lothar Matthäus aquel 8 de abril de 1987 en Munich. El delantero de Fuengirola se marchó del Real Madrid, pero siempre quedó en la memoria colectiva del madridismo por su clase, sus centros y su entrega. Su fatal desaparición evito su regreso a la casa blanca como entrenador, porque estaba escrito que marcara una nueva época desde el banquillo del Bernabéu.
Guti, con la distancia de los años, será recordado como un grande del Real Madrid. Le quedará la espina de no haber participado en ninguna de las tres finales de Champions de las tres Copas de Europa que tiene en su palmarés. Pero pasará a la historia del Real Madrid por sus pases imposibles, su zurda galáctica, eclipsada por la llegada de los galácticos a taparle siempre su entrada en el equipo titular. Guti es, junto a Casillas y Raúl, el último fruto de la antigua Ciudad Deportiva y sus niñerías, a veces comprensibles (porque cuando te cosen a patadas es difícil mantener la cabeza fría, por más obligación que tengas de ser maduro y profesional), quedarán como una anécdota con la distancia y el poso de los años.
El problema que tiene Guti a día de hoy en el Real Madrid es que el equipo depende absolutamente de su talento. Si tuviera un Juanito al lado y a varios futbolistas más de ese nivel y ese madridismo, los rivales tendrían que preocuparse más en frenar a varios peloteros y no lo tendrían tan sencillo como brear los tobillos del rubio de Torrejón como arma infalible para desbaratar y neutralizar el juego madridista. En este Real Madrid faltan futbolistas como Guti. Si se acaba Guti, les falta fútbol y se quedan huérfanos de talento. Tan sólo Robinho parece poder estar a la altura. Y Schuster lo sabe. Su triunfo depende del talento. Y a este Real Madrid le falta.
Escrito por Matallanas | 2:23 a. m. | Enlace permanente