La farsa de la Copa (Por Antonio Sanz)
el rincón de judas (artículo publicado en público el domingo 6 de enero de 2008)
Por Antonio Sanz
En un despacho de la madrileña calle de Hernández de Tejada decidieron cambiarnos el no-do. Nadie se explica los motivos reales por los que de repente los grandes compraron a los pequeños y éstos aceptaron el soborno por una modesta suma de euros. Nadie es consciente de las virtudes que han provocado un cambio en los pareceres del fútbol. De la noche a la mañana, una competición que interesaba ha pasado al archivo de lo común. Es decir, nadie asume el crimen, pero mientras unos admiten que engordaron su cuenta corriente, otros aseveran que para qué sufrir envites de noventa minutos. Los órdagos para el mus, sentencian. Así las cosas, la Copa del Rey se ha convertido en una competición secundaria. No molesta que en el descuento se clasifiquen el Real Madrid, el Zaragoza o el Sevilla. O que le empaten en el tramo final al Atleti y al Almería para provocar que se meta el Levante. Es mejor frenar la euforia que le supone al Barça empatar con el Alcoyano o distinguir el objetivo que supone analizar la ‘hazaña’ del Espanyol ante el Deportivo o sacarle brillo a la remontada del Mallorca. Que más da. La triste Copa del Rey empieza ahora y los dieciséis equipos son de Primera. Ni una sorpresa. Ni un error. Que maldita casualidad. Será coincidencia o es que nadie asume el riesgo de las eliminatorias a partido único. Los tiempos del ‘Salto del Caballo’ toledano se detienen en la memoria y el doble duelo ha dejado las sorpresas para las fiestas de cumpleaños.
No tan lejos quedan los tiempos donde el Getafe se batía con la gloria. La final del Santiago Bernabéu contra el Sevilla le marcó a Pulido con Rodríguez Santiago. El trencilla, aquella tarde, se mostró insolidario con el destino de un modesto aspirante al éxito. Lástima que su brillante actitud concluyera con un revolcón para los azulones y para el hoy jugador del Almería. Tal vez aquel error le ha marcado en su carrera deportiva, pero el árbitro estuvo cruel con el zaguero madrileño. Contestarle aquello de “¿y tú qué?, ¿no has fallado en el gol de Kanotue?”, cuando le protestaban una caída dentro del área le significó al colegiado un golpe de orgullo pero a la vez engordó el baúl de anécdotas de los futbolistas con los colegiados.
Así las cosas, la Federación se limita a organizar el sorteo, el partido final -una de las grandes fiestas del fútbol- y a invitar puntualmente a los representantes de los clubes para sacar las bolitas de los emparejamientos. Cierto que la Federación es sujeto pasivo de la historia. Pero también es justo que asuma que el cambio ha sido un error. Tenían el modelo y han permitido que hoy repose en algún cajón de Las Rozas. Una vez más giramos el cuello para mirar de reojo al mismo punto. Allí nos encontramos con un espejo que nos gusta. Por ejemplo, ayer y hoy se juega la Copa en Inglaterra. Sí, un sábado y un domingo. No es tan complicado alterar el calendario para pasar la jornada de Liga entre semana y honrar a la Copa en festivo. Estoy seguro que si el Atleti-Granada 74 se hubiera jugado esta tarde las gradas del Calderón mostrarían menos cemento que el que vimos el pasado miércoles en un descafeinado partido de vuelta. Contábamos con una competición preciosa, emocionante y resultona. Nos ha quedado un torneo envejecido, pasivo y casi clandestino. Que lo disfruten.
Escrito por Matallanas | 5:49 p. m. | Enlace permanente