El duende de Capel (Por Kiko Narváez)
el arquero . Artículo publicado en la razón
Por Kiko Narváez
De todos es conocido que la calma chicha no existe en el vocabulario de algunos clubes y sobre todo de nuestra selección. Si los nuestros ganaron con solvencia y por momentos con buen fútbol a Bosnia y Armenia demostrando la categoría que habita en el banquillo, de repente salta un vientecillo «anticapel» que puso en entredicho la valía del sevillista para las formas que despliega la campeonísima de Europa.
Se le tildó de acaparador del balón cuando el juego requería toque y de falta de pausa en los momentos en los que ganaba la línea de fondo. Diego, no lo olvidemos, sólo tiene 20 «tacos» y unas características de cuna que se acoplan al fútbol actual: velocidad y desequilibrio.
Lo mejorable no nos tiene que preocupar, entre otras cosas porque tiene como seleccionador a un gran moldeador con experiencia. El sevillista no tengo dudas de que con los años empezará a saber elegir dónde interesa el regate o el pase. Al igual que está progresando en la conducción, tirando menos los tejos al balón y levantando la cabeza. Esto lo sabe de sobra Del Bosque que busca en él otra alternativa para romper partidos pastosos en los que la elaboración no conseguirá superar a las pobladas defensas que en el camino nos esperan.
Como buen andaluz conozco de primera mano el duende que habita dentro de los jugadores del sur. El tiempo demostrará si el de Diego Capel sale y madura o, como muchos antes, quedará en un sí pero no como en los casos José Mari, Reyes, Joaquín, etc.
No tengo dudas de que en la actualidad es un futbolista muy aprovechable para la «roja» ¡Y defectos que pulir, con 20 añitos quién no los tiene! Lo más importante y no entrenable está dentro de él: descaro, conducción vertiginosa y desborde.
P. D. Diego, eso sí, «picha», cuando te den una patada no des tres o cuatro vueltas buscando al infractor.
Escrito por Matallanas | 6:18 p. m. | Enlace permanente