el rincón de judas. artículo publicado en público

Por Antonio Sanz

Mientras los petrodólares aceleran el sistema nervioso de los dirigentes del fútbol internacional, el mercado de verano echa el cierre. Asombrados por la inesperada irrupción de Soulaiman Al-Fahim, la Premier tiembla. La bicefalia dictatorial de los dos grandes -Manchester United y Chelsea-, no por historia y sí por chequera, puede finalizar si la amenaza del millonario árabe se convierte en real. El Manchester City o la Abu Dabi United Group fija ahora sus objetivos en Kaká, Cristiano Ronaldo o Fernando Torres. Quiere a los mejores del mundo. Esperaremos para comprobar si van de farol o la multimillonaria cuenta corriente se rebaja en algunas cifras.


Con el ajetreo que rodea al mundo del balompié, se ha vivido un mercado abonado a la crisis. No obstante, la mayoría de los clubes realizaron los deberes con tiempo suficiente como para repasar las asignaturas pendientes. Así, el Barcelona fijó su horizonte en Sevilla para pescar al deseado Alves y fortalecerse con Keita. Los hispalenses, con esa pasta más la de Poulsen, mantienen la apuesta por la sabiduría de su dirección deportiva presentando en la Liga a futbolistas semidesconocidos para el gran público. Pero es la sequía colectiva lo que ha destacado en los últimos sesenta días: se han celebrado como ‘fichajes’ la continuidad de Villa, Silva y Cazorla; exótica ha sido la novedad del iraní Masoud en Pamplona; criticada es la salida de Aduriz de Bilbao; atractiva la llegada de un ‘red’ como Finnan al Espanyol; interesante la presencia del ecuatoriano Guerrón en Getafe; y curiosa la presencia del peruano Ísmodes en Cantabria. Sin embargo, el último día se focalizó la atención mediática y financiera en tres ejes: Madrid-Valencia, Zaragoza-Londres y Santander-Zaragoza-Valencia. Anecdótico resulta que Zigic se oculte para evitar su retorno al Racing o que Pastorello, el agente de Milito, lance por la ventana de la sede de la ‘Lega’ el contrato de su representado con el Genoa. Los maños agitaron la noche con la venta del argentino, de Sergio García y de Luccin. Curiosa esta última operación: cuando estaba cerrado entre los presidentes de Zaragoza y Racing, el agente de los entrenadores, trató de boicotearla. Desconozco si Marcelino solicitó abortar la operación o Múñiz se empeñó en debilitar al equipo de su colega. Este verano también pasará a la historia porque por primera vez un club colgó en su web oficial la propuesta de compra. Lopera descubrió a todos el esfuerzo a realizar para fichar al internacional. La pelea de la noche se vivió en un despacho londinense. Si Juande Ramos quería a Diego y a Sergio, también advertía: los dos, o nadie. El pulso con Agapito Iglesias, mandamás aragonés, se cerró con derrota global: vendió a los dos delanteros al precio inicial de cada uno de ellos. Y con atacantes se agrupó el cierre: Robinho viajó a destino cambiado, mientras el Madrid lo volvía a intentar con Villa y el Valencia amagaba a La Romareda con Milito. La otra gran venta: Berbatov al ManU. En el Bernabéu se estudió torpedear el fichaje del búlgaro. Nadie tuvo cintura para arrebatarle a Ferguson el futbolista deseado. Hubiera sido un golpe de efecto oportuno para limpiar el mal sabor de boca que ha dejado este verano en la sede blanca.