La bronca de Futre
JAVIER GÓMEZ MATALLANAS. “Hay once equipos que quieren el título: tres italianos, cuatro ingleses, un alemán y tres españoles”. Esto declaró José Mourinho al ser presentado como entrenador del Inter de Milán. Entre los tres españoles candidatos a ganar la Liga de Campeones, el entrenador portugués incluía, junto a Real Madrid y Barcelona, al Atlético de Madrid. Aún no había superado el Atlético la fase previa de la Champions League, y Mourinho le veía como aspirante. Tras su debut en Eindhoven, el Atlético ha dado la razón al técnico del Inter desde la primera jornada de la Champions.
Lo de Mou no fue un brindis al sol. El ex entrenador del Oporto y del Chelsea estuvo muy cerca de fichar por el Atlético de Madrid para esta temporada. Finalmente, entre que Aguirre se ganó la renovación por cumplir el objetivo de meter al equipo en la Liga de Campeones, y la superoferta de Moratti, Mourinho recaló en el Inter de Milán. Pero hubo conversaciones y la posibilidad de que el portugués entrenara al Atlético fue real.
Por eso, a principios de agosto, cuando José Mourinho coincidió en hotel de Milan con Paulo Futre, ídolo eterno del Atlético, el ex jugador rojiblanco le echó una bronca, dentro de su amistad, por no haber recalado en el Atlético. Le explicaba Futre que aceptar el reto de entrenar al Inter estaba bien, pero que todo lo que no fuera ganar la Liga de Campeones iba a ser considerado un fracaso para los dirigentes y los seguidores interistas. Y le argumentaba Futre, que al margen de sus múltiples negocios de intermediario sigue siendo un gran seguidor colchonero, que si hubiera fichado por el Atlético de Madrid el reto de devolverle a la elite, de volver a posicionarle entre los grandes de Europa era más factible. “Tenías que haber ido al Atlético”, le repetía Paulo con su machacona y persuasiva insistencia a Mourinho.
El proyecto que le ofrecía el Atlético era de cinco temporadas. Se iban a poner en sus manos, dejándole claro que no podían fichar a jugadores del primer nivel con los que había contado a la hora de hacer contrataciones en el Chelsea. Pero a Mourinho le atraía bastante una idea que finalmente no se concretó. Hasta el punto que estaba dispuesto a bajar su caché de entrenador mejor pagado del mundo.
Sucedió que la negociación no llegó a buen puerto, que Aguirre cumplió el objetivo y que Gil Marín, consejero delegado del Atlético, decidió, contra todos en el consejo de administración del conjunto rojiblanco, renovar al entrenador mexicano. Sucedió que Mourinho firmó con el Inter. Pero a las primeras de cambio, y sin intención alguna de regalarle los oídos, metió al Atlético como candidato a pelear la Champions. Sucedió que Aguirre ha empezado de forma inmejorable su periplo por la Liga de Campeones y que, a tenor de los resultado, la elección fue buena para el Atlético de Madrid. Pero Futre no pudo reprimirse y reprochó a Mourinho, a principios de agosto en un hotel de Milán, que no se atreviese a apostar a tope por el Atlético de Madrid.
Escrito por Matallanas | 4:10 a. m. | Enlace permanente