Maradona: dulce condena (Por Antonio Sanz)
el rincón de judas. Artículo publicado en Público
Por Antonio Sanz
En Argentina agitan un comentario que admite mi sarcasmo: “Se salió la cadena”, apuntan de Maradona cuando el astro combina la avenida de la ilusión con la calle del consumo. Así se lamentan en Mendoza, en Corrientes, en la Pampa y en el momento en el que te has quedado ciego, tan al sur. Mi admiración por la nación, por su gente y por quienes asocian el globo con el chicle. Me quedo con San Nicolás -admirada península universitaria-, también con Buenos Aires… y con el resto del territorio. Pero no trago al ‘Diego’. Quito verdad a Calamaro. Considero que falsifica el problema con la solución. Por eso, la pleitesía que rinde al ‘10’ es una quimera. Y cuento lo que me han contado. El cuento, chiste para los argentinos, es tan apátrida, como mi cultura. Está bien para que Grondona engañe al resto del universo, pero nunca crean que sus aliados consideren que el ‘Pelusa’ es el ganador. Así admiten quienes perdonan a un veterano que es capaz de salvar su orto antes que bajar el telón. Este Julio es tan condescendiente que da lástima. Se agrupa con la dignidad que le falta a Maradona. El ‘barrilete’ es tan bueno que es el mejor. Tan grande que asusta. Tan ingrato que nadie le discute. Tan ídolo que hace figuras de hielo. Tan equidistante que rompe los polos. Tan firme que nadie cree. Por eso, siete de cada diez argentinos lamentan su designación como seleccionador.
Diego Maradona es el pueblo. Es el vocero de nadie. Es un recurso de la sospecha. No era el favorito. No era el ganador. Es el trazo que determinó en garabato. El triste vencedor de una Federación que planteó un trío: Bianchi, Simeone y Batista. Al primero le detiene su inexistente relación con la causa, mientras que la causa es afín y opaca. A Carlos le intentan unir con el descrédito del dólar, pero las calzas le dignifican como una poeta que abre los ojos. Al Cholo le mató su título y su vanidad. Pasó de ser el favorito a ocupar un lugar en el trastero. Y Batista, con el oro de Pekín, pasó del ‘2’ al ‘1’. Vamos, que el dirigente entendía que la medalla era tan capaz de apropiarse del sentimiento que fracasó en el intento de admitir la realidad de encontrar un líder. Pero asumió ser un muñeco de barro. Con tanta confusión y con tanta nubosidad, la AFA soltó un ’10’ al ruedo. Olé y olé. El albero dictaminó pasar de ‘Satán’ a ‘Gardel’. De aplaudir a pitar. Del silencio al reconocimiento. De lo fácil a la renuncia de Basile. El compromiso adquirido por Bilardo asume una función que aprobó a Cyrano.. El ‘narigudo’ admite recordatorios antes que crucificarse. Pero nadie cree en dobles figuras. Los dirigentes asumen a Troglio, petición del ‘Diego’, contra su soberbia. Toca llegar a Ezeiza. Toca llegar a tiempo. Toca ser verdad. Toca presumir. Toca ser valiente. Toca tocar al ‘10’ dormido. Ah, no. Lleva el chándal. Bilardo le sujeta Cada corazón merece una oportunidad. Pero Maradona reclama paredes tras el fracaso de Chile. Da igual el riesgo. Se levanta ante tanto misterio. Asume que Argentina es capaz de volver a creer. Es capaz de apostar por transitar entre la mentira. Se optimiza ante un Atleti que celebra que el creador es capaz de trasladase junto al polo opuesto del desazón. Aplaudo a Benjamín: el futuro de la mezcla del ‘10’. Buena suerte para quienes asumen que el mito acaba de tomar tierra. Yo no me lo creo.
Escrito por Matallanas | 5:08 p. m. | Enlace permanente