Se masca la sorpresa (Por Alfredo Duro)
¿os suena?
Por Alfredo Duro
No, no. No se trata de ninguna pirueta liguera en forma de caída azulgrana y ofensiva total blanca, aunque todo se andará. Es la frase de cabecera que Eugenio Martínez Bravo, cabeza visible de Plataforma Blanca, viene moldeando desde hace tiempo. En concreto desde que percibe que existe un cada vez más amplio sector de madridistas que desean romper con el pasado y abrazar el futuro y la esperanza de los nuevos tiempos. Sin antiguas ataduras ni entronizaciones divinas. Gente sencilla y madridistas de corazón. Sin acciones en las grandes constructoras. Sin posiblidad de asomarse a las grandes empresas navieras porque bastante tienen con ir a ver el mar un par de semanas al año. Sin los problemas de tener que ceder moralidad a cambio de un puesto en un consejo de administración. Sin posibilidad de aspirar a favores de palco. Sin ninguna garantía de que algún malnacido lleve a su empresa a esa cabronada llamada ERE que unos cuantos idiotas han convertido en la solución de su ridícula incapacidad para gestionar lo que nunca debieron gestionar. ¡Menudos gilipollas! A los del ERE me refiero.
Desde el punto de vista electoral, ya es bastante sorpresa la casi evidente garantía de que la presidencia tendrá que ganarse después de un proceso en el que habrá que disputarse el voto contra otros candidatos. Durante un tiempo, y con una muy poco edificante falta de rigor ni objetividad, la gran mayoría de los púlpitos mediáticos han dado por hecho que no habría elecciones. Que desde el más allá llegaría la divina exaltación que el madridismo parece ver en el retorno de Florentino Pérez, en una especie de ceremonia mesiánica que, por sí misma, tenía el poder de apartar del camino a simples e inocentes mortales. Una especie de gran sortilegio faraónico cuyo poder de encantamiento parece ser suficiente para acabar con todos los problemas que el Real Madrid viene acumulando desde hace un montón de años. Qué pena que algunos de esos problemas alcanzara su máximo esplendor durante esa época que con tanta nostalgia reclama el entorno periodístico más cercano a Florentino. Convendría que definitivamente pusiéramos todos los pies en la tierra y afrontáramos las próximas elecciones con la mayor naturalidad.
Y así, de manera natural, sigue tomando cuerpo la otra gran sorpresa de estos tiempos que parecían destinados a que el dominio futbolístico del Barcelona hubiera hecho añicos cualquier atisbo de esperanza madridista en el título de liga. Pasan las semanas, los partidos, los cabreos de Guti, las acusaciones a Raúl, los ultrajes al sistema de Juande, y nada cambia. En especial no cambia la impertubable costumbre que le ha cogido el Madrid a esto de seguir ganando partidos y hacer de los números de Juande Ramos la principal razón para acabar con el ridículo desfile de entrenadores que aparecen como futuribles en toda esta lamentable ceremonia de confusión que no le presta ni in gramo de respeto a la única plantilla que, después de conquistar dos ligas, se mantiene en pie. No es sorpresa. Es real. Hay liga. Y elecciones.
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 5:16 p. m. | Enlace permanente