Sobre los rulos, las mantas, el gañote de Iberdrola y la inventora de Dios
crónicas africanas
La escena impactaba. Allí estaba ella muy dispuesta para ver el entrenamiento de la selección española. Y no quería perdérselo por nada del mundo porque se presentó con sus rulos tan bien puestos, oye. Y para combatir el invierno que mañana se instala oficialmente en Sudáfrica (¡Y en España el veranito!) se trajo su mantita para las piernas. Melchor Ruiz me aviso para que la hiciera la foto. Esa indumentaria me recordaba a esas vecinas de la calle Valle Inclán que bajaban con bata de guatiné a por los churros cuando pasaba aquel hombre tirando de un carro al grito de "el churreeeeeeeroooo, churros y porras calientes". Estaba allí como podía estar en una feria, el caso era salir de casa con el contrario y tomar el aire viendo el entrenamiento de España. Al final de la sesión gritaba "Torres, Torres, Torres", moviendo sus rulos, contagiada por los doscientos que se abalanzaban sobre la valla buscando un autógrafo del chaval de Fuenlabrada.
En la misma grada había otra mamá con su niño y con su mantita también para combatir el frío. Y con sus banderitas de España para que se note con quien vamos. Esa mamá también gritaba lo de "¡Torres, Torres, Torres!", cantinela repetida en cada entrenamiento. Y también en cada sesión se repite la misma escena de que el que más se para a firmar todos los días es Fernando ante la euforia de sus fieles y devotos seguidores. La Selección en Sudáfrica parece el Atlético recién ascendido de Segunda en el que la única estrella era el Niño.
Para combatir el frío vale cualquier cosa y Pascual, colega de la agencia EFE, se puso una bufanda del Canillas, su equipo, a modo de toquilla por la cabeza. El bueno de Pascual se asemejaba escribiendo a una doña Rogelia moderna que sabía manejar un ordenador. ¡Ande yo caliente...! ¡Di que sí Pascual! ¡Y viva Miguel Ríos!
Todo eso sucedió el jueves que acabó con una gañote de Iberdrola para todos los fotógrafos y gente de televisión, al que nos sumamos sin rechistar Maroto y yo, que estuvo muy divertido. Intentamos sacarle una rebaja en la factura de la luz a Félix Torres Garrigo, el ejecutivo de Iberdrola que invitaba, pero no coló. Ahí abajo os dejo una foto de familia de todos los que dimos cuenta de la invitación, con las cocineras y camareras incluidas. Tras la cena, muchos de esos, y otros compañeros salieron a conocer los garitos de Potchefstroom. Hacía tanto frío que yo me fui para el hotel (que digo yo que lo de los cuarenta acechando...) Dicen que se rieron mucho en unos locales agradables repletos de lugareños universitarios. Hubo hurto de alguna cazadora, pero eso puede suceder en cualquier boite de España también.
El viernes estuvo marcado por el entrenamiento a puerta cerrada vespertino. Se asemejó a los que montaba Javier Clemente a puerta cerrada en el Mundial de Francia en los que todos los periodistas hacían lo imposible por verlos y el ex seleccionador llamaba a los gendarmes franceses para que echaran a los informadores. Ayer toda la policía de Potchefstroom se movilizó, a requerimiento de la Federación, para que los enviados especiales no pudieran ver lo que estaba ensayando Del Bosque. Fue una cosa exagerada. No dejaban pasear por la calle y amenazaban con confiscar la acreditación, según testigos. La verdad es que en estos detalles, la Selección actual se parece mucho a la de Clemente. Y no se parece más por la presencia de Vicente del Bosque, cuya figura querida por todos, impide que haya una división mediática y que aumente el nivel de crítica, siempre alto con los seleccionadores, desde Suárez a Luis, pasando por Clemente y Camacho. Pero si fuera por el director deportivo todo se parecería a lo de Clemente. Y por aquel entonces no ganamos nada, o sea, que no era el camino....
En la zona de trabajo de los periodistas, seguimos por radio la última jornada de Segunda (¡Grande el Huesca, sin reblar! ¡Como me alegro por Jesús, Rodri, Mari Paz, Petón y Agustín!) porque nos la puso por los megafonía Gracia Redondo, atento a todo siempre. Antes de escuchar la jornada de Segunda (¡me alegro también por Paco Jemez, Desperdicio de pro, y Tote!), un cachondo, por aquello de hacer el gafe a la inversa, empezó a poner aquella rumba de "Hiciste la maleta, ay sin decirme adiós, ay que dolor, ay que dolor...", anticipándose a un supuesto tropiezo ante Honduras. Y el estribillo lo cambiamos metiendo los nombres de Luis y Del Bosque... Por cierto, Torres ha hablado hoy con naturalidad de las declaraciones de Luis Aragonés, por las que el ex seleccionador, me cuentan, ha sido de nuevo masacrado en la piel de toro, como lo fue durante casi toda su estancia en el cargo. Fernando le ha dicho a los micrófonos de Mónica Marchante lo siguiente: "Si hay alguien autorizado para hablar de la Selección es Luis Aragonés. No lo dijo con mala fe ni para criticar. Es su opinión y hay que escucharle". En teoría no existe ninguna guerra porque, como declara mañana Del Bosque en una entrevista concedida a La Gaceta, "dos no pelean si uno no quiere". El problema es que Luis no se va a callar. Y a quien señala no es a Del Bosque, precisamente.
Después de esta disgresión, cierro esta crónica a vuela pluma con la cena que hemos tenido en 'el de los pescados' o 'el del sushi'. Los hay que han cenado ostras y el grupo de los becarios (Julián Redondo, Carlos Marcote, Orfeo Suárez y Ortego), como los llama el guasón de Pablito, han cenado en una de esas planchas en las que suelen cocinar dando espectáculo los japoneses. y chocaba ver a un cocinero africano en lugar de a un asiático.
Al llegar al hotel hace un rato, el grupo de aficionados mexicanos que se alojan en nuestro hotel nos han invitado a un tequilita. La tertulia futbolística era interesantísima rajando del Vasco Aguirre porque pone a un portero que no les gusta, hablando de 'Ego' Sánchez, como llaman en su país al Pichichi mexicano, de Rafa Márquez, pero había que retirarse a nuestros aposentos porque mañana viajamos a Johannesburgo. Dos horitas de trayecto en autocar en condiciones normales, pero hay que contar con que nos perderemos para no perder la costumbre. Mientras hacía la maletita para casi dos días, he encontrado uno de los libros que me traje: 'Caín' de José Saramago. Descanse en paz el Premio Nobel portugués. Un pedazo de ser humano. Habría que perfeccionar aquel hecho extraño que sucedía en el país de 'Las intermitencias de la muerte', don José. Cada día deseo más que la muerte no sea la inventora de Dios... Y para no ponerme trascendental cambio mi pensamiento a la universalidad de los rulos. ¡Que mona ella!
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Escrito por Matallanas | 1:51 a. m. | Enlace permanente