el rincón de judas. artículo publicado en público

Por Antonio Sanz

Resulta que al casi máximo goleador de la historia de la Selección se le ha bloqueado el gatillo. Y se concluye, en una reflexión simple o pueril, que la sequía de Villa es provocada por el cambio de camiseta. El delantero encadena unos números asombrosos, bárbaros, extraordinarios con la Roja: 43 goles en 68 partidos (0,63 de media por encuentro). En Primera división, las cifras también aclaran su rendimiento: 142 goles en 244 participaciones (a 0,58). Pero, es verdad que, su presencia en el campo esta temporada no se observa ni tan fructífera ni tan ágil como en el pasado. Si para el asturiano significó una liberación fichar y presentarse en Barcelona antes del Mundial, en la actualidad su rendimiento en el Camp Nou, siendo óptimo, provoca ciertas sombras porque se exige que sea excelso. Si bien, David es el mismo goleador porque los goles se llevan en los genes y no en el escudo, el nuevo curso presenta severas diferencias para este ciclo: si en Mestalla la responsabilidad era única, aquí es compartida. En Valencia era la estrella, la referencia, el epicentro del gol. En Barcelona reparte con Messi, Pedro, Iniesta, Bojan…ya no es el líder y ya no vive en la necesidad de comerse el pastel en solitario. Además, aquí ocupa la ladera izquierda o el flanco derecho. El centro es por decreto para el mejor del mundo.

Generar dudas sobre el rendimiento de Villa es provocar una controversia estéril que se cerrará cuando la racha se apodere del blaugrana. Quizá no concuerdan los pensamientos previos con el desenlace. El ‘7’ consideró que el camino sería más sencillo y menos esquivo. Pero aparecieron adversidades: la expulsión en San Mamés, demasiadas sustituciones, errores impensables… Dicen que no se le observa feliz porque ha desperdiciado varias oportunidades de superar el registro de Raúl. Quizá, pero todo llegará porque el ‘Guaje’ ni ha perdido confianza, ni siquiera puntería. Con España suma casi partido y medio sin marcar…En el Barça, Guardiola decidió sacrificar a Ibrahimovic debido a su adquisición. Allí cuantifica poco más de ciento veinte minutos sin golear… en Liga -anotó en Champions-. ¿Dónde está la crisis? Otro debate que envolverá pescado.