Sandoval: "Soy una mezcla de Menotti, Valdano, Lillo; también soy visceral"
entrevistas. publicada el domingo 3 de octubre
J. G. Matallanas 03/10/2010
José Ramón Sandoval (Humanes, 1968) acaba de empezar su carrera de entrenador profesional en el Rayo Vallecano. Es su gran oportunidad. Compaginó su restaurante Coque (posee una estrella Michelín y está situado en Humanes) con el fútbol modesto. No olvida de dónde viene. Y sabe a dónde va. Eso sí, habla en tercera persona.
El refrán dice "ser cocinero antes que fraile". Sandoval fue cocinero antes que entrenador.
Sí y muy honrado. Vengo de una saga gastronómica. Me ha servido todo lo que viví en mi trabajo para enfocarlo al fútbol. Tuve que resolver muchos problemas para sacar adelante un negocio y trabajar mucho para sacarlo a flote.
¿Cómo se pasa de la hostelería a los banquillos?
Mi pasión por el fútbol arranca cuando intento ser futbolista y me rompo la rodilla con 19 años. Lo tuve que dejar, pero me gustaba tanto el fútbol que me saqué mi título de entrenador. En el pueblo fundé la Escuela de Humanes junto a otros compañeros. Por la mañana trabajaba en la hostelería y por las tardes con mis niños. Luego entrené en el amateur y me salió bien. Subí a Tercera al Parla. Y comprobé que la ilusión de trabajar por una escuela de fútbol se podía transformar en ser profesional.
¡Casi le cuesta el divorcio sacarse el curso de entrenador!
A mi mujer le debo todo. Nada más inaugurar una finca para dar eventos, llegó mi mes de vacaciones y le dije a mi mujer que tenía que sacarme el título de entrenador, estudiar todo el mes de manera intensiva. Era duro quitarle a mi mujer y a mis hijas el mes de vacaciones porque en el restaurante casi no libras. De primeras me dijo que había que pensarlo, pero luego me apoyó y me ayudó a estudiar.
¿Dicen que aprobó el curso de entrenador copiando?
En el curso de entrenador te enseñan que hay asignaturas muy importantes para luego ser técnico y luego hay otras asignaturas que te quitan mucho tiempo de las importantes, como sucede en las carreras universitarias. Hice un pacto con un compañero que era un empollón y nos ayudábamos mutuamente, yo, en lo práctico y él, en lo teórico.
Y realizó las prácticas con Quique Sánchez Flores.
Sí. En la antigua Ciudad Deportiva del Madrid. Quique es un diez, me ha marcado en mi carrera. Estuve un año viendo sus entrenamientos. Desde la directiva del Madrid no daban facilidades porque no permitían estar a pie de campo con el entrenador. Pero después de cada entrenamiento le consultaba cualquier duda, que eran pocas, porque dirigía muy bien. Me firmó mis prácticas y me apadrinó para que valiera mi curso nacional.
Está tan convencido de sí mismo que se planta y se niega a seguir en el filial. ¿Y si no le dan el primer equipo?
Estaba tan enamorado del Rayo Vallecano que no miraba a otro equipo. Insistía en quedarme y quería hacerles ver que podía ser capaz de entrenar al primer equipo. En todos los proyectos, desde pre-benjamines, siempre he creído en mí mismo y he transmitido a mi gente la fe de trabajar y trabajar. He coincidido con los valores de la familia dueña del club: trabajo y humildad. Y han creído en mí. Espero devolvérselo con hechos. Van cinco partidos, va todo bien, pero esto acaba de empezar.
Primero convenció a Javier Ruiz Mateos, luego a la presidenta. ¿Cómo cameló al jefe?
Es una persona grande en el mundo de los negocios porque cuando toma una decisión ya ha pasado por varios filtros. Le convenzo contestándole con sinceridad a las preguntas que me hace que no tienen nada que ver con el fútbol. Creo que ve mi ambición y mi fe por llevar al Rayo hacia adelante. Fue un sí rotundo, estaba tan convencido como yo de este proyecto. Las dos horas que yo estuve con José María Ruiz Mateos en su casa fueron como dos años de universidad. Aprendí tanto con ese hombre que aquel encuentro ha marcado un antes y un después en mi carrera deportiva.
Pretende sacar la pelota jugada desde atrás en Segunda. ¡Eso es mucho riesgo!
El Rayo Vallecano apuesta por Sandoval porque cree en su filosofía. Si tu crees en algo, al final lo consigues. Pero puedo hacer retoques para adaptarme a situaciones.
¿No es dogmático?
No. Pero cuando metes una idea a un jugador, éste cree en el liderazgo del entrenador. Si yo estoy cambiando continuamente las ideas, al jugador le produzco un cortocircuito. Quiero que se autoexijan y que al mismo tiempo tengan descubrimiento guiado. Yo les doy la idea y ellos la ejecutan. El balón es de los jugadores y ellos son los que se están sacrificando por el Rayo Vallecano, muchos están aquí perdiendo dinero porque creen en la idea.
Cuando insistió en quedarse como entrenador del primer equipo le insinuaron que era un prepotente. Ahora algunos le acusan de agrandado.
No soy un prepotente ni un agrandado, me gusta ser una persona ambiciosa y se puede confundir la ambición con la prepotencia. No se debe juzgar a las personas sin tiempo. Espero que cuando conozcan bien a Sandoval crean en su idea y vean que es un hombre ambicioso y no prepotente.
¿Por qué hace tanto énfasis y aplica la tecnología al fútbol?
Los resultados de equipos profesionales y de empresas fuera del mundo del fútbol se basan en estadísticas, en tecnología para sacar el máximo rendimiento a su personal. En categorías inferiores lo aplicamos y sacamos un rendimiento psicológico, deportivo y técnico mejorando las posibilidades de los chavales. Lo aplicamos en el fútbol amateur, poniendo vídeos de rivales en Preferente y en Tercera y se reflejaba en el campo. Pues en el mundo profesional, con muchos más medios, debe dar más frutos. Si sacas el máximo rendimiento a cada jugador, se beneficia todo el equipo.
Pero hace falta inversión por parte del club.
Quitamos dinero de otras partidas y el club ha apostado por ello. Nos gustaría haber tenido más GPS, pero para hacer una prueba está bien empezar con cinco GPS, trabajando un jugador por línea e intercambiándolo diariamente.
¿Cómo es el trato con el vestuario?
Excelente. Todo el mundo me decía que cuando llegara al mundo profesional iba a ser diferente, pero yo trato al jugador como trato a la gente en la vida normal. Quiero que el jugador se abra a mí, que haya respeto mutuo, intento ser justo con la gente. Estamos cansados de las dictaduras, se gana más con el diálogo que con la imposición.
¿Su modelo es el Barça?
Mi modelo quiero que sea Sandoval, el modelo del Rayo Vallecano. El mundo del fútbol se ha fijado en la verdad del fútbol que es el Barça, ha conseguido ganar seis copas sacando gente de Tercera División, siendo valiente. A mí me gusta sacar el balón jugado, apostar por la posesión. Si juegas bien, tienes más opciones de ganar.
¿Qué metas se ha fijado en su carrera como entrenador?
Vivo el presente y disfruto el momento. Mi objetivo ahora es hacer una buena campaña con el Rayo. Si consigo el ascenso saldré reforzado. El Rayo ha creído en mí, mi objetivo es ser entrenador profesional, ahora estoy empezando y aún no lo soy. Mi gran objetivo es devolver la ilusión a la gente del Rayo.
Mourinho monopoliza nuestro fútbol, ¿qué opina?
En eso me gustaría pasar palabra. Le tengo que tener respeto a este señor que ha conseguido todo en el mundo del fútbol, que es por lo que yo voy a luchar. Su manera de trabajar le ha ido bien.
¿Y le gusta el fútbol que realiza el Real Madrid?
No, yo voy buscando fútbol y no resultados. A mí me gusta el fútbol que realiza el Barcelona y a toda España. Me gusta el fútbol de la Selección, el fútbol que antepone los jugadores a la idea del entrenador. En el Madrid se antepone un sistema por encima de un jugador.
Pero para jugar como quiere Sandoval, los jugadores deben tener calidad.
Hay que hacer ver a los jugadores que tienen esa calidad. Hay muchos jugadores que juegan encorsetados. El entrenador debe ser un gestor de grupo y sacar el máximo rendimiento. Hay que transformar el ego del jugador en bien colectivo.
Su discurso suena a Menotti, Valdano, Lillo... Un romántico.
Sí. Soy una mezcla de ellos. Yo soy un bohemio-romántico. Pero soy visceral en los descansos de los partidos que es cuando el jugador espera algo de su entrenador, espera respuestas. Y siempre hago caso a Ismael Martínez, mi segundo, sin él no sería entrenador.
Un recuerdo de fútbol.
El 12-1 de España a Malta.
¿Y de club? Es madrileño: ¿Madridista o atlético?
Soy más merengón, pero me ha ganado el Atlético por los sentimientos de su afición. Pero ya soy del Rayo, para siempre.
Escrito por Matallanas | 9:32 a. m. | Enlace permanente