de la reaparición de busta al debut de jaro esta temporada

El sábado a las once menos cuarto de la noche, cuando cerraba la convocatoria en la tribuna de prensa del Calderón en el descanso del Atlético-Depor, sólo habíamos confirmado la asistencia seis y ni uno portero. Y no hubo nervisiosimo. Si teníamos que jugar seis hubiéramos jugado seis, esperando a que el descanso llegara el Teja para ser siete. Y de repente, el domingo aparecieron Desperdicios de debajo de las piedras. Hasta de Ucrania llegó Pedro Jaro para no dejar al equipo sin portero en el primer tiempo. Y apareció Santi Denia. Y reapareció Pipi Muñoz, recuperado de su operación de muñeca. Y vino Pedrito Riesco, que está a puntito de reproducirse, vamos su señora. Todos estos eran los que no habían confirmado. Porque David Bustamante confirmó a los 0,3 segundos de mandar el mail de convocatoria. Después de su injusta sanción de dos partidos tenía unas ganas locas el gran Busta. Y Omar no falla casi nunca. Ni el Rubio, ni Rober ni yo. Ni, por supuesto, Veljko Paunovic, el serbio no se pierde ni un partido. El Teja llegó como se esperaba en el segundo tiempo a suplir a Jaro que tenía una comida. Melgar vino también en el segundo tiempo porque sus funciones como director técnico del Carabanchel le impideron llegar antes. Ahí estábamos todos, con Kiko de apoyo, que también apareció, pero unos persistentes dolores de espalda le impidieron vestirse de corto.

No fue un partido sencillo. Nos plantaron cara y se pusieron 0-1. No descompusimos y empatamos rápido. Fue Pedro Riesco el autor de gol tras certero y colocado derechazo desde fuera del área. Paunovic hizo el 2-1 y ya en la segunda parte Busta hizo uno de los suyos y Melgar, en dos ocasiones una de penalti, puso el 5-1, que luego los aguerridos rivales del Badebua maquillaron con un 5-2. Aunque tanto Jaro, en la primera mitad, como el Teja, evitaron goles cantados.

Lo más positivo de esta cuarta victoria consecutiva es que nos hemos colocado a dos puntos del líder a falta de tres jornadas y volvemos a tener opciones de quedar campeones en un torneo apertura que parecía imposible para Los Desperdicios.

Y lo mejor es que volvimos a pasar una buena mañana. Julián controló todos los servicios generales del equipo, Luismi revisó el estado de la equipación número 8 del equipo (¡no nos caben en el armario!), Manolín y el Mofe tomaron buena nota para contárselo a Adolfo, el delegado que fue padre el pasado 5 de diciembre de la preciosa Lucía (¡enhorabuena a la mamá Esther!). El triunfo se lo dedicamos a la niña de Adolfo, por supuesto. Con Melgar llegó su suegro y José Amador, que también disfrutaron de la victoria. Y en la grada estaban todos los vecinos del Rubio, con sus hijos, que también posaron en la foto. ¡Ah! Y Marta y Chema lo vieron con la Nini, mientras Marito se echaba un siestón.