Schuster y el Doctor House
JAVIER GÓMEZ MATALLANAS. ¿Se imaginan al doctor House metido a entrenador y compareciendo en una rueda de Prensa? ¿A quién se podría parecer? ¡Bingo! Sería lo más parecido a Bernd Schuster. Quizá, con el doblaje, sus dosis extraordinarias de ironía se entenderían más que las del alemán.
Existen muchas personalidades que se asemejan al controvertido galeno que protagoniza la serie que emite Cuatro en España. La de Schuster es una de ellas. La de Luis Aragonés podría ser otra, aunque el de Hortaleza exhibe más similitudes con los arranques de otros genios (en dos acepciones de la palabra genio) españoles como los desaparecidos Camilo José Cela y Francisco Umbral o el renacentista Fernando Fernán Gómez.
Seguro que el espectador, al menos éste y los de su entorno con los que comenta el estrambótico modo de actuar de Gregory House, experimenta sensaciones contrapuestas de rechazo y admiración por el doctor televisivo. Hasta ternura despierta House en muchas situaciones, por más que muestre crueldad, desfachatez y hasta mala educación en su trato con los pacientes y los miembros de su equipo. A House no le gusta el trato con el paciente. Descreído radical de la condición humana (“Todo el mundo miente”, es su eslogan), prefiere buscar las soluciones de sus casos, a ser posible, sin tratar con el enfermo. A Schuster le encantaría no tener que lidiar con los periodistas. El alemán lo pasa fatal en las conferencias de Prensa. No puede evitar sentirse superior, muy superior, en sus conocimientos futbolísticos a los ‘ignorantes’ plumillas.
Una rueda de Prensa es para Schuster como cuando Cuddy, la jefa del hospital, obliga a pasar las consultas ordinarias a House. Consideran que no están para eso. House soluciona los problemas domésticos, las dolencias menores, de sus ‘mentirosos’ pacientes. Lo hace con desidia y prepotencia. Schuster pasa igual sus ‘consultas’ en la sala de Prensa. Da titulares como pegaba pases medidos de 40 metros cuando era futbolista (uno de los mejores centrocampistas de la historia, por cierto).
“Brutalmente honesto”. Así anunciaba Cuatro a su doctor de cabecera. Podría haber elegido también el sufijo adverbial para calificarle como ‘cruelmente sincero’. O mejor, y coincidiendo con Schuster, ‘rotundamente humano’. Porque tanto House como Schuster menosprecian a sus pacientes y a los periodistas porque se sienten superiores, pero también podría ser porque se sienten inseguros en el trato con el semejante.
Si bien el paralelismo podría ser afortunado en muchos aspectos (no es comparable ni por asomo la función de House de salvar vidas y curar a la gente con la de Schuster, que pasa por dar felicidad a los aficionados al fútbol, a madridistas y antimadridistas, a través de ese deporte de masas, esa religión pagana que es el fútbol), también encontraríamos bastantes diferencias y la evidencia de que uno es un personaje de ficción televisiva y otro no. Por ejemplo, es complicado que se haga un libro de filosofía sobre Schuster, como el que se ha hecho en Italia sobre el doctor House, según informó Público el pasado 26 de septiembre (ver). ‘La filosofia del Dr. House. Etica, lógica y epistemología de un héroe televisivo’, se titula el libro centrado en Gregory House y las dudas que plantean en la serie. Los autores analizan la forma de ser del médico intentando dar luz a las grandes preguntas de la filosofía con las respuestas de House. Y llegan a formular los ‘housismos’ a partir de la toma de decisiones y reflexiones del televisivo galeno.
Lo de Schuster tiene pinta de ser más efímero. Aunque si consigue los éxitos que busca y ansia el madridismo (primero jugar bien, después, seguir ganando) la versión más Doctor House de Schuster podría alcanzar su esplendor. Y con títulos en el bolsillo. Sus consultas ante los plumillas podrían dar para formular los ‘schusterismos’ al estilo de los ‘housismos’.
Las series televisivas ya sirven para analizar la moral del ser humano y el fútbol ha servido también para explicar comportamientos sociológicos y formas de trabajar en equipo, para trasladar a las empresas. Igual Schuster extiende el fútbol a la filosofía. Si tiene tiempo y le dejan, que ya se están pensando en el club que no hable y el mismo sopesa dar 'sólo' ruedas de prensa.
Con el deseo de que Schuster no deje de dar titulares y espectáculo en las salas de Prensa y la ansiedad porque regrese a la pantalla el Doctor House (allá por enero) les solicito una respuesta a la cuestión del galeno odioso y/o adorable: ¿Todo el mundo miente?
Escrito por Matallanas | 12:04 a. m. | Enlace permanente