De Amaral, Anfield y el largo y tortuoso camino
un 'you'll never walk alone' con sentimiento atlético y recuerdos del infierno
Desde la tribuna de prensa de Anfield recordaba la tribuna de prensa de Ipurua, del estadio del Poli Ejido, de aquellos traumáticos y duros añitos, dos, en el infierno. Mientras sonaba el You'll never walk alone y los casi 3.000 atléticos mostraban su respeto y alzaban al aire con orgullo sus bufandas rojiblancas, se me pasó por la cabeza el largo y tortuoso camino que ha pasado el Atlético de Madrid para llegar a la Champions. Intervenciones judiciales, mala planificación, falta de paciencia y de acierto en los proyectos, esa hermosura que se perdía en tonos grises siempre, quedaban en un segundo plano viendo al Atlético de Madrid en Anfield. Kun estaba en el banquillo y Torres, en la grada. Los aficionados del Atlético y los del Liverpool estuvieron hermanados durante todo el día por la calle de la ciudad de The Beatles y en Anfield continuó el buen rollo. Los atléticos respetaron y compartieron el You'll never walk alone, pero silbaron con rabia el himno de la Champions, por la indignación que creció al infinito en el minuto 94 con el penalti que el línea sueco se inventó y que Gerrard no tiró a la grada, como se debía esperar del 'Fair play' histórico de los ingleses. No es cuestión de ir a lo del 'Pupas', que debe superarse de una vez por todas, pero el nuevo enemigo externo de Platini no debe servir de justificación a los colchonores sino de acicate para recuperar la grandeza peleando incluso contra el poder establecido.
Amaral, Juan y Eva, disfrutaron de la invitación de Rafa Benítez y 'fliparon' con el ambientazo de Anfield. De la mano de Juan Francisco Sánchez, asistente personal de Benítez, acudieron tras el partido a la sala de jugadores y de técnicos y se llevaron una camiseta firmada por los jugadores del Liverpool. Nada más concluir el partido, me crucé con ellos, previo aviso de Juanfran, y Begoña Pérez, mi compañera de Cope corresponsal en Londres, inmortalizó el momento. Aproveché para decirles cara a cara mi proyecto de que hagan una versión pop-rock de Mi querida España de Cecilia como himno de la selección. Eva, que ya versionó el Nada de Nada de Cecilia, tomó nota. Sería un buen cántico para el Mundial 2010. Precioso, vaya.
P.D. Me parece estéril y malintencionado la polémica que se está intentando montar (parte directamente de Cerezo que intentó influir a los enviados especiales en el aeropuerto, dolido porque no le dio ni bola al saludarle o le saludó, mejor dicho, con frialdad, en comparación con la efusividad que saludó a otros dirigentes atléticos) por la celebración de Fernando Torres del gol de Gerrard. Injusto fue el penalti, pero no se le puede pedir a un jugador del Liverpool que no celebre el gol de su equipo, por más atlético que sea y será siempre. Torres juega en el Liverpool y va con el Liverpool. Aunque juegue contra su Atleti. Lógico.
Escrito por Matallanas | 3:35 p. m. | Enlace permanente