¿os suena?

Por Alfredo Duro

No puede ser. Me niego a aceptar la tentadora teoría de la reencarnación como justificación final del calvario muscular que Robben y el madridismo se ven obligados a revivir. No admito como buena la transformación del inolvidable Prosinecki en extremo izquierda, haciendo de la velocidad y del dribling un reclamo suficiente para soltar 36 millones de euros y convertirse en el principal y casi único argumento de desequilibrio que Schuster le puede sacar a su plantilla. No, no y no. Prosinecki sólo puede haber uno. Nadie en el mundo puede tener un sóleo que sea capaz de hacer crack con tanta facilidad. No me lo como. No quiero. Nadie puede ser capaz de discutirle a “Prosi”, el de las Kangoo, su indiscutible supremacía como rey de las roturas. Nadie menos…. ¡Arjen Robben! Increíble. Asombroso. Ni en los peores sueños pero, así es. Definitivamente, y aunque nos habían dicho que la demoledora propensión a las lesiones del holandés era una exageración periodística, el trono de Prosinecki peligra. Robben se ha vuelto a lesionar y amenaza con repetir. Prosinecki ya no puede dormir tranquilo, pero esto no puede ser como parece. ¿O quizás sí?

Primero fue el Depor, uno de los más firmes aspirantes a eludir el descenso de categoría con alguna que otra jornada de antelación. Allá por la trigésimo cuarta ó trigésimo quinta, si todo vá bien. Y mal de todo no les acaba de ir porque, después de ganarle al Real Madrid el día que empezaba la Liga, han cogido carrerilla y ven a los de abajo bastante lejos. Apareció luego la Juventus, que contaba los días para decirle a Ranieri que aquello no se sostenía. Y en realidad no se sostenía, pero fue aparecer el Madrid en su camino y obrarse el milagro de la resurrección 'bianconera'. Tanto les gustó aquello que, dos semanas después de consumar el enésimo batacazo turinés, han repetido en el mismísimo Bernabeú. Y entre medias, para que nadie mantenga duda razonable alguna sobre la misión pacificadora que ejercen Schuster y su gente, 'Irunazo' como Dios manda en la Copa del Rey, para que se enteren los de Segunda B que esto no es lo que parece. ¿O quizás sí?

Acabado el partido contra Del Piero y sus amigos, entre los que se encuentran gente tan inclasificable como Manninger, Molinaro, Legrottaglie, Marchisio, Marchioni o De Ceglio (no confundir con el de la Real Sociedad, que se llama Díaz de Cerio), mientras gente como Guti pone el dedo en la llaga y reconoce que el Real Madrid no es un equipo ni dentro ni fuera del campo, escuchamos al entrenador de los de blanco decir que está contento con su equipo. No, no dice que está triste por el juego, ni tan siquiera por el resultado que ha provocado ese juego, ni que está preocupado, ni intranquilo. Tampoco está acongojado, que es como están un montón de madridistas viendo la falta de decisiones que muestra el cuerpo técnico del Real Madrid, incapaz de encontrar soluciones a la ausencia de modelo y la falta de conceptos tácticos que, entre otras cosas, han convertido al equipo en el más frágil y vulnerable de los últimos tiempos. Permitiendo que para el contrario hacerle goles a Casillas se haya convertido en el deporte de moda. En un vicio. Lo que Schuster dice es que él está contento, aunque yo creo, de verdad lo creo, que no es lo que parece, ¿o quizás sí?

Duro ¿os suena?